Por: Redacción/

Para evitar y mitigar los efectos de las inundaciones que han azotado a México es fundamental implementar programas que incluyan medidas correctivas y preventivas, aseveró el maestro Delfino Hernández Láscares, profesor-investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El docente del Departamento de Biología expuso que es importante ejecutar acciones previas a la presencia de huracanes que incluyan el mantenimiento a drenajes, coladeras, barrancas y subsuelo, y la creación de pozos de captura de agua y canales.

También debe evitarse la invasión de áreas de riesgo; establecer mapas para verificar por dónde llegarán las lluvias; identificar qué colonias serían las más dañadas, y de qué manera las comunidades resultarían afectadas, así como desarrollar una cultura de la prevención ante este tipo de contingencias.

Sin proyectos para el corto, mediano y largo plazos, “el país seguirá sufriendo las consecuencias, ya que estamos rebasados por la incidencia de los ciclones, los cuales llegan cada vez con mayor intensidad”, además de que son fenómenos naturales que por la acción del cambio climático son casi imposible estudiar con precisión para saber su comportamiento y periodicidad.

También se requiere impulsar la creación de servicios hidrometeorológicos estatales, municipales y uno a nivel nacional, para monitorear con mayor eficiencia las condiciones de las lluvias que arremeten cada año.

El especialista en riesgos geológicos consideró que deben realizarse inversiones significativas para atender con antelación los efectos de las lluvias intensas, además de que el Sistema Nacional de Protección Civil debe transformarse en una secretaría de Estado para no depender de otros organismos.

Es necesario implementar sanciones económicas para evitar inundaciones porque la gente tira la basura en la calle, por la construcción deficiente de los drenajes, así como que las presas cumplan con los requerimientos establecidos en normas nacionales e internacionales.

Las inundaciones son consecuencia de las lluvias torrenciales que provocan los huracanes y ciclones que azotan cada año al Océano Pacífico, el Golfo de México y el Mar Caribe, pero también son generados por el derretimiento de los glaciares, el rompimiento de presas, el desbordamiento de ríos o por deficiencias en la construcción de infraestructura en la materia.

El experto en protección civil expuso que la falta de planeación y de protocolos sobre qué hacer en caso de un diluvio origina problemas económicos, socio-ambientales y logísticos.

Además los fenómenos meteorológicos generan severas alteraciones a los ciclos agropecuarios porque las cosechas se pierden y muere el ganado, aunado a que la humedad reblandece los terrenos y aparecen los hundimientos.

Hernández Láscares recomendó no tirar arena ni basura a las coladeras; que la separación de residuos sólidos sea estricta; impermeabilizar los techos de las casas; revisar sistemas eléctricos; cambiar la caída de agua de lluvia dentro de patios y jardines, y tener bombas que arrojen el exceso de líquido a la calle.

El problema es alarmante, pues cada año los agentes hidrometeorológicos van en aumento y llegan con mayor fuerza e intensidad. El cambio climático ha causado que incluso países del primer mundo, donde nunca se dio este tipo de desastres, ahora los padezcan, ya que tampoco cuentan con medidas preventivas.