• Esta innovación es funcional en los procesos educativos para la transferencia de conocimiento.

Por: Redacción/

Por el artículo titulado Chatbot: de la experiencia en la gestión escolar a su diseño para el aprendizaje en modalidades híbridas y a distancia, investigadores y alumnos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) quedaron entre los 11 finalistas del II Premio Internacional de la Revista MetaRed, una asociación colaborativa que fomenta la transferencia de conocimiento y experiencias en la transformación digital de las instituciones de educación superior.

El proyecto del grupo de la Casa abierta al tiempo quedó entre los mejores, de un total de 89 provenientes de Brasil, Chile, Argentina, España y Portugal, entre otros países, y que fue sometido a evaluación por expertos en innovación educativa.

Los doctores Pablo César Hernández Cerrito y Enrique Rodríguez de la Colina –profesores de los departamentos de Administración de la Unidad Azcapotzalco y de Ingeniería Eléctrica de la Unidad Iztapalapa– propusieron, junto con sus estudiantes, el diseño de un Chatbot con una funcionalidad didáctica para el aprendizaje que puede ser utilizado, tanto por matriculados en licenciatura como en posgrado y, en el corto plazo, en las modalidades de enseñanza híbridas y a distancia.

En entrevista, explicaron que conciben esta herramienta como “un programa basado en inteligencia artificial para interactuar con los usuarios, empleando el Procesamiento de Lenguaje Natural (PLN) y/o aprendizaje automatizado para imitar una conversación humana, ya sea por texto o voz, con el fin de atender las peticiones de una persona”.

Un Chatbot es básicamente una plataforma de software sustentada en un mecanismo de inteligencia artificial para interpretar cuestionamientos que puedan hacerse a través de una interfaz, lo que ocurre en general en un servidor de acceso público para la interacción.

Esa herramienta está detrás de una comunicación digital escrita o hablada y se relaciona con el humano. Un ejemplo de sus alcances lo dio un estudiante que votó alguna vez por Watson como la mejor profesora, sin saber que era un robot el que contestaba.

Respecto del uso de dichos instrumentos tecnológicos en la UAM, los investigadores explicaron que “iniciamos con una plataforma ya hecha que permitía esa interacción y un primer paso fue contar con un árbol de decisiones para responder de manera adecuada las preguntas”; desde ese punto “empezamos a evolucionar hacia otros proyectos”.

Mediante un trabajo multidisciplinar y colaborativo entre diferentes unidades académicas, áreas administrativas y estudiantes de licenciatura y posgrado de la Universidad, se diseñó e implementó un Chatbot con funcionalidad orientada a la mejora de la comunicación digital entre la gestión escolar y la comunidad.

Una experiencia decisiva fue que en el contexto de la pandemia del COVID-19, se formó una comisión en la que se debatía cómo atender algunas de las necesidades vía remota y una de las estrategias surgió a partir de una iniciativa de alumnas y alumnos, quienes consideraron que un Chatbot serviría en Sistemas Escolares.

A raíz de la investigación de una estudiante que siguió esa línea para su tesis de licenciatura y con la participación de otros matriculados, se creó un pequeño Chatbot inicial, que se replicó hasta crecer a un proyecto que se aplicó en la Unidad Iztapalapa y que después se logró adaptar en las otras sedes académicas y la Rectoría General.

Dos tesis de maestría posteriores incorporaron a más alumnos y docentes que apoyaron en los campos de la inteligencia artificial o la enseñanza; uno de ellos interviene en el Premio con el enfoque educativo.

El doctor Hernández Cerrito, especialista en enseñanza y modalidades semipresencial o virtual, destacó que si bien el uso de un Chatbot comenzó para hacer más eficientes métodos de gestión y administración escolar, ahora “vemos un área de oportunidad en su aplicación como soporte en la enseñanza-aprendizaje, tanto presencial como mixta”.

El propósito central de este programa informático es la finalidad educativa en cuanto al proceso de formación, en el que el profesor pueda dar clase y la herramienta sea de utilidad en actividades complementarias o de respaldo para que en sus horarios y a su ritmo, los jóvenes logren una comprensión total del contenido que se les haya dificultado durante la clase.

Eso no implica la sustitución del docente, sino obtener un beneficio en horas máquina, puntos que pueden ser muy repetitivos y que el chat gestione, además de transitar de la memorización de información o de un nivel cognitivo de recordar, al discernimiento del saber en el que estén presentes diversos tipos de ejercicios, contenidos e interacciones que refuercen el aprendizaje.

Uno de los factores importantes del Chatbot es su capacidad de retroalimentación inmediata, porque estimula la motivación del alumno para seguir adelante en sus estudios, a diferencia de lo que pasa cuando al profesor no le es posible brindarla de manera personalizada a grupos numerosos. Otra ventaja es que “puede ser una solución directa y franca” para aquellos con rezagos o problemas para seguir la clase, porque autónomamente puede facilitar el aprendizaje, evitar el abandono escolar y, sobre todo, consolidar conocimientos, tanto en licenciatura como en posgrado.

Los doctores Hernández Cerrito y Rodríguez de la Colina resaltaron la colaboración del Departamento de Administración de la Unidad Azcapotzalco y del Posgrado en Ciencias y Tecnologías de la Información de la Unidad Iztapalapa, aunque se busca la incorporación de académicos y jóvenes de las demás sedes de la UAM.

Los robots pueden ayudar también con temas de tecnología, salud mental y, en ese sentido, “ya hemos experimentado con una aplicación que permite tener encuestas dinámicas en las que las personas pueden expresar desde asuntos de conectividad hasta emocionales y todo eso se incorporó a una base de datos que se publica en la página del citado Posgrado para auxiliar, al hacer sentir que se cuenta con un foro abierto de expresión”, comentó el doctor Rodríguez de la Colina.

La intervención en el concurso internacional manifiesta la relevancia que puede tener un proyecto de investigación innovador de la Casa abierta al tiempo hacia el exterior, lo que beneficia a la Institución y a su comunidad, pero también tiene un impacto social, ya que puede ser utilizado en otros niveles, incluida la educación continua y a distancia.