Por: Oswaldo Rojas

Marcial Maciel trabajó toda su vida para llegar, por lo menos, a Santo; pero tan solo acabó en la hoguera pública y sepultado en la desmemoria de la iglesia. Fue un hombre que supo hacer lo quiso pero fue también un ser humano amoral. Como dice Baudelaire: no existe la inteligencia en una persona sin bondad.

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Hace 74 años se fundó uno de los grupos católicos de mayor importancia para la historia reciente del país: Los legionarios de cristo. El creador que entonces era apenas un seminarista fue Marcial Maciel, acusado en 1997 de abuso sexual por varios de los integrantes del grupo. La noticia fue el escándalo que aún le pesa al a la iglesia puesto que había menores de edad entre los afectados.

El 3 de enero de 1941 Maciel tenía tan solo 20 años de edad y ya había creado los grupos: los Misioneros del Sagrado Corazón y la Virgen de los Dolores, que en la fecha mencionada se unirían para convertirse en La legión de Cristo. Con la primera generación de estos jóvenes se trasladó a  España en 1946, para que cursaran estudios humanísticos en la Universidad Pontificia de Comillas de la que serían expulsados por diversos escándalos.

A pesar de las dudas que el grupo despertaba recibió las bendiciones del papa Pío XII y en el 48 obtuvo la aprobación canónica del Vaticano, con la que pasó a tener también derecho pontificio y por tanto responsabilidades sociales.

Tan solo se necesitó una década de trabajo para que los legionarios expandieran su método a 22 países, llegaron a tener tres obispos, 889 sacerdotes y 2 mil 373 seminaristas. Su presencia y palabra había adquirido para ese momento gran relevancia en la política católica.

Marcial Maciel

Ante el  escándalo, mirar para otro lado

La premisa de llevar una vida austera, casta y moral se quebró bajo el peso de los crímenes de Marcial Maciel. Empecemos por decir los menos atroces: el libro El salterio de mis días: 98 meditaciones, que supuestamente escribió y que sigue siendo el de cabecera para la orden resultó ser un plagio de Salterio de mis horas, del abogado Luis Lucia Lucia. Lo que sigue fue descubrir de la letra de su secretario Federico Domínguez, que el fundador de los legionarios era un adicto a la morfina, esto se puede ver en un fragmento de la siguiente carta:

“Un médico católico practicante y hombre concienzudo al que conozco de muchos años, ha venido a mí y me ha hecho una declaración que tiene que ver con el reverendo padre Marcial Maciel Degollado.[…] El médico declara que este sacerdote es morfinómano, y que ha tenido una fuerte crisis como efecto de la morfina que ha tomado y que sigue tratando de conseguirla para sí”.

Además, el obispo Guízar llegó incluso a decir de Maciel que este último había tratado de envenenar a su abuelo.

El punto de inflexión fue descubrir en 1997, por una carta dirigida a Juan Pablo II, que ocho ex miembros de la congregación acusaban a Marcial Maciel de haber abusado sexualmente de ellos y que en su momento la iglesia hizo oídos sordos a sus quejas. Es decir, el dirigente del grupo aprovecho su aura de autoridad y hombre de bien para hacer que menores edad creyeran que sufría una enfermedad y que los médicos necesitaban una muestra de semen que solo un joven ayudante podía extraer.

La escrupulosa mente de Maciel fue de un ingenio tal que impuso un cuarto voto, uno de silencio, en la congregación para evitar que fuera descubierto y denunciado.

Posteriormente se descubriría que Maciel había tenido por lo menos cuatro  hijos. Esta acusación parecía empezar a mitificar en exceso el problema hasta que en 2009 The New York Times público que Norma Hilda Baños había quedado embarazada del pederasta a sus 26 años. La hija lleva por nombre Norma Hilda Rivas, y la declaración fue confirmada por uno de los voceros de los legionarios.

Las críticas a Juan Pablo segundo, que terminaría heredando Joseph Ratzinger, quien no solo lo apoyo sino que también parecía tener apreció por el pederasta, llevaron al fundador a renunciar a la direcciones de los Legionarios de Cristo, a la iglesia a pedir una disculpa pública y a una larga carrera de descredito a la que el actual papa aún se enfrenta besando pies de criminales.

La legión aún vive

Finalmente, y después de una terca negación, en 2010 La Legión de Cristo aceptó los crímenes de Maciel. A pesar de que su fundador había fallecido en 2008 rompieron vínculos con él, esto se traduce en un intento de olvidar y hacer como que no pasó nada.

Como la orden tenía demasiado peso en la iglesia no se podía simplemente exigir que esta desapareciera y el Vaticano se limitó a pedirles que se dirigieran a “un camino de profunda revisión”. Esta actitud por parte de la iglesia llevo a los medios a otra campaña, bien merecida, de descredito contra la institución. En 2005 Ratzinger sentenció en un vía crucis “¡Cuánta suciedad hay en la Iglesia!”, cuánta razón tenía si hablaba de México.

En pleno 2016 la legión existe, de hecho opera 15 universidades por medio de la Red de Universidades Anáhuac, 43 institutos de estudios superiores y 175 colegios. Cambiaron su discurso por una más social. En su página oficial hablan de Maciel con mucha distancia pero respetando que fue él quien les dio origen y, de hecho, tanta presencia.

Los legionarios de cristo, Maciel