Por: Moctezuma Reco / Analista.

“La guerra es la continuación de la política por otros medios” la frase más célebre de Carl Von Clausewitz, un excelente (aunque inexperimentado) estratega alemán que, a pesar de haber nacido en 1780, sigue siendo referente en la academias y escuelas militares. Con ideas muy filosóficas y románticas para mi gusto. La realidad es que así es si algo no se puede resolver por el medio político, la guerra es el siguiente paso. Prácticamente, la violencia no es la primera opción, pero si la solución.

Aunque la guerra es construida y ejecutada por los militares en cualquier país y la guerra es la continuación de la política, la milicia no debe ser parte de la política. Sin embargo, para nuestra desgracia, hoy en día la política es un cáncer que hizo metástasis en las fuerzas armadas mexicanas.

A pesar de que el uso de las fuerzas armadas fue más fuertemente evidenciado en el sexenio del expresidente Calderón, la realidad es que hay precedentes que señalan lo contrario. Como el uso de la SEMAR y sus fuerzas terrestres durante el conflicto en Chiapas con el EZLN en 1995, cuando el Almirante Lorenzo Franco se encontraba al frente de esa institución. Donde (aunque no es muy sabido) llegaron a desaparecer poblaciones completas por el uso indiscriminado de las armas y por apoyar al movimiento zapatista, hoy en día, sin temor a equivocarme, pueden encontrase fosas clandestinas enormes en la sierra de Chiapas con cuerpos que cuentan las acciones militares en contra de la población, quienes en este especifico caso, se trataban en su mayoría de inocentes y algunos no tanto.

Pero es partir del 2018, cuando la politización del uso de las fuerzas armadas ha sido desequilibrado e inmoderado. El Ejército está para brindar soberanía a la nación mexicana, seguridad a sus ciudadanos, infundir orgullo, patriotismo y admiración a los niños cuando se encuentran patrullando las calles, no para construir aeropuertos, refinerías o atractivos turísticos. ¿Cuál es el principal motivo? que son más “honestos” y por supuesto la mano de obra aparentemente GRATIS, ya que se paga con el erario y se descuidan otras funciones por tener empeñado personal en esas labores. La proyección no contemplada al usar a los uniformados fue la interacción obligatoria con la parte empresarial y el tradicional “moche” que los empresarios ya tienen presupuestado cuando hacen negocios con el gobierno y si a esto le sumamos el sueldo precario de un militar, es claro que van a comenzar a incurrir en estas prácticas. Dicha situación acaba de ser evidenciada por un medio de comunicación, “LatinUs”, a inicios de semana con audios donde mencionan con grado y nombre a los cabecillas de la SEDENA encargados del Tren maya.

Estas prácticas no solo están presentes de esta manera, lastimosamente también son presenciadas en carne y hueso desde el interior de la institución por los elementos que la componen. Ascensos, comisiones nacionales y extranjeras, cargos, designaciones y comandancias, todas condicionadas al “amiguismo” y parte del nepotismo que viven los elementos castrenses. Donde no es el más capaz, adiestrado, con mejor actitud y aptitud, sino, el mejor “amigo o el más palanca” quien es digno de recibir premios y condecoraciones por logros y operaciones donde, incluso, muchas veces ni siquiera estuvieron presentes. La meritocracia tanto en el Ejército como en la Marina están a punto de extinguirse gracias a esta politización. Otro ejemplo plausible son los ascensos por “méritos especiales” que el Secretario de Marina ha dado a personal que debe ser ascendido únicamente por el Presidente, y que, a la fecha ni las luces de ratificación del Senado sobre esos nombramientos; será que es un anuncio por parte de las fuerzas armadas o un destello de supremacía sobre el legislativo, o como dicen los vecinos del norte, un “vulgar display of power”.

El 24 de diciembre del 2018, diez minutos después de despegar de Puebla, un helicóptero se desplomó llevando a bordo a Martha Ericka Alonso, gobernadora electa y el exgobernador (su esposo) Rafael Moreno Valle. El entonces secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana y hoy Gobernador del estado de Sonora, Alfonso Durazo, realizó una rueda de prensa al día siguiente, en el cual, en un acto de legitimación, empleó a la SEMAR como medio, argumentando que “peritos de la SEMAR” negaban presencia de explosivos en el área del incidente mediante el empleo de binomios caninos (ampliamente reconocidos por la población gracias a Frida), la realidad es que por el tiempo tan breve en que ocurre el accidente y se realizan las acciones es zootécnica y físicamente imposible que binomios caninos hubieran entrado al lugar por existir combustible y altas temperaturas aún, expresan manejadores caninos expertos consultados. De igual forma en la conferencia de prensa Durazo Montaño hace referencia a dos militares como integrantes de un grupo de investigación especial, ¿y la FGR?, bien gracias, aquí el tema es emplear las instituciones de mayor confianza para legitimar mi narrativa y contener la crisis. De lo dudoso de la muerte de la gobernadora electa, mejor ni hablamos.

Ahora, para nada estoy tratando de hacerlos ver como los malos, en lo absoluto, piensen bien, ellos también son víctimas. La mayoría de las veces el escalón subordinado recibe órdenes de sus superiores y no están exentos del pensar ¿qué voy a hacer si me mandan de cambio a mil doscientos kilómetros de mi familia? O simplemente ¿qué voy a hacer si no obedezco y me quedo sin trabajo? Es lo mismo que cualquiera de nosotros en nuestro trabajo “godín” reflexionaríamos y terminaríamos obedeciendo lo que nuestros jefes nos piden.

Los militares están para protegernos y lo hacen muy bien, están para darnos esa sensación de seguridad y no solo ante enemigos como el crimen organizado, sino también en zonas y casos de desastre; ahí es cuando nunca reclamamos militarización, porque nos hacen sentir seguros.

No están para satisfacer al gobierno en turno, ni para que la hagan de “chalanes y maistros” o de guías turísticos a las Islas Marías. Son guerreros, soldados y marinos, dispuestos a morir por nosotros y su familia, no a morir aplastados por el cemento o vigas de metal o por la avalancha política que nos está corrompiendo a nuestro último bastión de esperanza que nos queda en México, nuestro adorado México.

El día de ayer durante el debate presidencial, hubo periodos en los cuales los candidatos pudieron resaltar el tema de oportunidades de empleo directas e indirectas que ofrecen a través de sus propuestas, ni de milagro lo hicieron; solo la candidata oficialista presumió los proyectos el gobierno saliente ha desarrollado, TODOS fueron realizados por Fuerzas Armadas y si bien, generaron derrama económica y empleos, el reconocimiento a ello fue omitido por obvias razones.

De igual forma NINGÚN candidato tocó la agenda 2030 (que correspondería al final de su administración de resultar electo), para la cual todos los países firmantes, entre los cuales está México, deben irse preparando para esa fecha con diversos proyectos de desarrollo sostenible, los cuales a mi criterio, deberían ser la “brújula estratégica” del gobierno entrante, por cierto, no pueden alegar ignorancia, ya que está en la ventanilla única de gobierno en la dirección https://www.gob.mx/agenda2030  Ahí se los dejo de tarea