Por: Redacción

El presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Roberto Gil Zuarth, aseguró que México puede derrotar a la corrupción y reducir la impunidad, y que no se necesitan “justicieros” para consolidar un auténtico Estado de derecho, sino incentivos correctos, procesos debidos y autoridades que funcionen bien.

En la Promulgación de las Leyes del Sistema Nacional Anticorrupción, que se llevó a cabo en Palacio Nacional, el legislador dijo que este andamiaje legal tiene el objetivo de fortalecer la rendición de cuentas, regenerar la legitimidad del sistema democrático, renovar el pacto de confianza con los ciudadanos y reanimar la credibilidad de los que sirven al Estado.

“Necesitamos poner en orden, con la razón de la ley y de las instituciones –desde nuestros partidos y hasta los tribunales– a quienes piensan que el poder les pertenece y lo usan para provecho propio”, expresó Gil Zuarth ante el Presidente Enrique Peña Nieto.

El senador hizo un llamado a comprometerse con la plena eficacia de las nuevas instituciones y sobre todo con la integridad y la decencia públicas, a hacer y exigir buenos gobiernos y reconciliar a la sociedad con la política y con los políticos.

También se requiere, dijo, “poner fin a la colonización del poder, a la patrimonialización de lo público, a la parcelación de lo común en beneficio propio”, así como reformar el fuero para que no sea pretexto de impunidad y reducir el mercado negro de favores recíprocos y los medios por los que se canalizan

Roberto Gil Zuarth afirmó que, gracias a la tenacidad de la sociedad civil, se logró un Sistema Nacional Anticorrupción en el que la Federación nunca perderá jurisdicción sobre los recursos transferidos a estados y municipios.

Destacó que el Sistema separa y especializa los órganos de auditoría, investigación, y sanción, perfecciona la descripción de las conductas que dan lugar a responsabilidad administrativa o penal, garantiza procesos ágiles y “un fiscal con dientes, porque no comparte con nadie el colmillo del ejercicio de la acción penal”.

“La victoria de todos es un sistema potente y robusto, de incentivos y disuasivos, de controles y consecuencias”. “La victoria de todos –asentó– es un sistema que, éste sí, como dicen por ahí, probablemente no lo tiene ni Obama”.

Ser servidor público, enfatizó, “no debe ser oportunidad para el saqueo, pero tampoco origen o causa de sospecha. Hicimos esta reforma para dejar atrás la perversa tesis de que todo servidor público es corrupto, hasta que demuestre lo contrario”.

“Hicimos esta reforma para devolver dignidad, honor y confianza a la función pública, y eso sólo será posible si trascendemos a la idea de que la corrupción es un problema que sólo ha de enfrentarse desde la política criminal y nos hacemos cargo de una vez por todas, que la lucha contra la corrupción exige la mejora integral del funcionamiento de nuestro sistema político”, expresó.

Además, se pronunció por legitimar al nuevo sistema, como resultado de una participación ciudadana constructiva y de la voluntad concertada de la política y de la pluralidad: “No tenemos derecho a decir a la gente que el sistema está cojo, que es insuficiente o que de poco o nada va a servir”.

La reforma, afirmó Gil Zuarth, alcanza un balance ponderado entre el principio de máxima publicidad y el derecho a la privacidad que gravita en la protección de los datos personales, que establece la obligación de todo servidor público de presentar sus tres declaraciones y somete éstas a un sistema de seguimiento para detectar sus inconsistencias y sancionar el enriquecimiento ilícito.

Dijo que la corrupción no es un mal que sólo aqueja a unos, ni la honestidad monopolio de bien que siempre ostentan otros. “No está en el ADN de los mexicanos una u otra, la corrupción o la honestidad vive en las decisiones que todos los días tomamos los ciudadanos”, expresó el presidente de la Cámara de Senadores.

En la ceremonia de promulgación de las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción participaron el presidente de la República, Enrique Peña Nieto; el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea; el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano Grijalva; y el presidente de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez López.