• Más de cien miembros de la Institución intervinieron, entre elementos de vigilancia, protección civil y de la Secretaría de la Unidad, que contribuyeron a la inoculación.

Por: Redacción/

La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se sumó al Plan Nacional de Vacunación, con la instalación y operación en la Unidad Azcapotzalco de uno de los dos centros de inoculación contra el COVID-19 –en la Alcaldía del mismo nombre– donde se aplicó el biológico –del miércoles 10 al martes 16 de marzo– a la población mayor de 60 años de esta demarcación.

En el primer día de actividades recibió la visita de los doctores Eduardo Peñalosa Castro y José Antonio De los Reyes Heredia, rector general y secretario general de la UAM, respectivamente, así como del doctor Óscar Lozano Carrillo, rector del citado campus, quienes en un recorrido constataron el desarrollo de la jornada médica y visitaron las áreas de vacunación, registro, recuperación y la designada a personas que acuden en sillas de ruedas, además de la red de frío.

Los alumnos-monitores de la salud de las licenciaturas en Medicina, Enfermería, Químico Fármaco Biólogo y Veterinaria de la Unidad Xochimilco y de Psicología de la Unidad Iztapalapa de la UAM cooperaron en la campaña con labores de registro, observación clínica, vacunación y atención en casos de alguna sintomatología posterior a la inoculación.

Los rectores y el secretario general recibieron el agradecimiento de la doctora Elsa Aguilar Pérez, directora jurisdiccional sanitaria en la Alcaldía Gustavo A. Madero de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, por facilitar las instalaciones de la UAM para una actividad en la que colaboraron más de 30 estudiantes de la Universidad.

Al participar en el programa UAM, responsabilidad social que se transmite por UAM Radio 94.1 FM, el doctor Lozano Carrillo señaló que hasta el momento esta sede –junto con la de la Arena Ciudad de México– constituye uno los puntos más grandes, pues contó con 53 células de aplicación, en las que se aplicaron alrededor de 300 inmunizaciones cada media hora.

Los grandes espacios dispuestos hasta el 16 de marzo constaron de tres barras de procedimiento logístico, la primera diseñada para la espera con 300 sillas disponibles; la gente pasa después a la línea de vacunación con 53 células y, por último, una destinada a un reposo de media hora para observación ante cualquier eventualidad; además se dispusieron ambulancias dotadas por la demarcación, personal médico y apoyo logístico para quienes requerían sillas de ruedas o algún servicio especial.

Más de cien miembros de la Institución intervinieron, entre elementos de vigilancia, protección civil y de la Secretaría de la Unidad, que contribuyeron a la inoculación de alrededor de seis mil 400 individuos por día con el biológico de Pfizer BioNTech.

A la salida, personas de la tercera edad reconocieron la agilidad y la excelente experiencia brindada, desde la entrada hasta la salida de la Unidad, por parte de integrantes de la UAM, las Secretaría de Salud capitalina, la Dirección Operativa de Programas para la Ciudad, la Secretaría del Bienestar y la Guardia Nacional.

Silvia Becerril Mercado dijo estar “muy contenta porque todos fueron muy amables; llegué y en cinco minutos ya me estaban atendiendo. Las doctoras nos dieron una explicación de todo lo que era el proceso y de lo que habríamos de sentir cuando nos la pusieran. Al preguntar algo respondieron a nuestras dudas y nos hicieron sentir muy muy bien y por eso los felicito a todos”.

Después de la vacuna “me siento mucho más tranquila por mí, pero también por mi familia porque al estar bien de salud evitamos muchos problemas y mortificaciones”, por lo qie invitó a los adultos mayores a inmunizarse para “estar bien y vivir un poquito más”.

La señora María Blancas Pérez declaró su alegría “por vacunarme, porque ya se estaban tardando para llamarme. Ahora estoy más tranquila, pero sólo un poco porque deben ser dos y me falta la segunda”.

El gobierno federal ha contribuido con los gastos de las vacunas “para que nos lleguen a nosotros los mexicanos mayores, por lo que estoy muy agradecida”. También “me gustó estar en la UAM, porque no vine nunca a estudiar, pero sí a vacunarme”, dijo divertida.

Además “hay muchos como mi vecina, que no quiere venir y desconfía, pero le he dicho: piénsalo y luego decide, porque es urgente que nos vacunemos, sobre todo los de la tercera y cuarta edad; sólo se siente un rasguñito, no duele”, añadió.

El señor Carlos Guzmán Rodríguez estuvo “un poco nervioso al principio y después contento por el excelente servicio. Sólo nos pidieron una identificación con la dirección y desde que llegamos recibimos un trato fantástico, por lo que me encuentro más tranquilo y celebro que la UAM haya ofrecido este espacio abierto, que permite que no haya amontonamientos y los muchachos y los doctores trabajan muy bien. Invito a todos a vacunarse, no importa si es rusa, china o de otra parte, pues es la única solución que tenemos” para combatir la pandemia.

Desde inicios de marzo, las brigadas de la salud de la UAM han participado en la campaña de vacunación en el Centro deportivo y cultural Las Américas, en Ecatepec de Morelos, así como en el estadio Nemesio Díez Riega, de la ciudad de Toluca.

El programa de monitores en salud se desarrolló en la Rectoría General de la UAM y las unidades académicas, con el propósito de impulsar actividades desde la Universidad dirigidas a la protección de la comunidad.

Los jóvenes y demás personal de la Casa abierta al tiempo recibieron capacitación, tanto de la propia Institución –con el aval y certificación por parte de la Secretaría de Salud– como de los organismos que están a la cabeza del Plan Nacional de Vacunación contra la crisis sanitaria en la Alcaldía de Azcapotzalco.