Por: Redacción

La complicidad social entre sectores conservadores y demagogia política en México crea simulación en materia de respeto a los derechos de igualdad de las mujeres, además de que la severa competencia laboral que ellas generan respecto de los hombres provoca una revolución ideológicamente inaceptable, planteó la periodista Sara Lovera López, Premio Nacional de Periodismo 2015.

Entre ambos géneros “no hay igualdad sustantiva”, porque el atraso en la mentalidad de la sociedad conservadora ha impedido que los derechos escritos en la Constitución se practiquen y por ello el proceso de cambio es lento, a pesar de contar con diversas leyes que norman la equidad, la violencia y la trata de personas, al garantizar que nadie puede ser discriminado por su color, sexo y origen étnico.

“Hay que conocer las leyes para ejercerlas, pues existe el derecho al trabajo, a la participación política, a ser tratadas como iguales, a no ser discriminadas y tocadas u objeto de piropos obscenos”, pero “perdura la idea de que ellas deben atender el hogar”, añadió.

En la Conferencia magistral Los derechos de las mujeres en la era de Trump, dictada en la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la periodista aclaró que “el feminismo no es una moda ni la equidad de género es un tema radical antihombre, pro aborto ni antimaternidad”.

La coordinadora regional del Servicio de Noticias de la Mujer para Latinoamérica y el Caribe (SEMlac) afirmó que la historia de ese movimiento ha acompañado la defensa de los derechos civiles de los otros y las otras, de los que no son varones ni son blancos, de los negros, los indígenas o los extraños, los extranjeros y los migrantes.

Lovera López opinó que la actitud misógina del presidente Donald Trump despertó la movilización en masa, ya que provocó el deseo de refundar los derechos civiles de hombres y mujeres en igualdad de condiciones, además de incentivar la acción de las fuerzas de la paz.

La directora del portal informático del SEMlac expuso que es un misógino que considera a las féminas objetos de uso y desecho al gusto de los varones” y “se olvidó de los derechos civiles, así que atropellará todas las leyes y todos los derechos acumulados en siglos, porque las considera un mueble”, enfatizó. Por ello, la respuesta de las feministas de la Unión Americana se hizo presente con movilizaciones masivas de protesta.

Si en Estados Unidos se determinara una nueva etapa para los derechos de las féminas, representaría el principio de un intento por cegar los logros conquistados por este sector de la población, en poco más de 220 años, los que iniciaron con Olympe de Gouges durante la Revolución Francesa, quien escribió la primera Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, por lo que fue objeto, en la historia, del primer feminicidio.