Por: Redacción/

Alumnos de la Maestría en Diseño, Información y Comunicación (Madic) de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ganaron las medallas de oro, plata y bronce en la edición 2020 del Concurso trienal del IIID Award.

Convocado por el Instituto Internacional de Diseño de Información (IIID, por sus siglas en inglés) el oro recayó –en la categoría de trabajos de estudiantes– en Ivonne Ramírez Ramírez, Daniela Pérez Sosa y Xiadani Giselle Álvarez Muñoz, por el proyecto Atlas de banquetas, un enfoque multiescalar a través de lentes interdisciplinarios.

Ramírez Ramírez, Karen Bonilla Guerra y Mónica Gisel Aguilar López –alumnas de la séptima generación de la Madic– obtuvieron bronce por Visualizando el cambio en la Ley de Etiquetado Nutrimental de Alimentos: hacia una mejor comprensión y una política legible. Y José Alfredo Jiménez Hernández, matriculado en la octava generación de ese posgrado, se alzó con la plata por Zheng Duo, juego para el aprendizaje y reconocimiento de los radicales y estructura del chino mandarín.

El IIID es un organismo sin fines de lucro fundado hace más de 30 años para fomentar el diseño de información como un campo independiente de conocimiento y práctica profesional a través de conferencias, publicaciones y trabajo científico.

La maestra Nora Morales Zaragoza –investigadora del Departamento de Teoría y Procesos de Diseño de la citada sede de la UAM y asesora de los galardonados– precisó que se trata de una evolución de la disciplina, pues “más que enfocarse en lograr formas agradables, se acerca a las ciencias cognitivas para entender cómo las personas en sus mecanismos cerebrales interactúan con los datos que reciben y construyen puentes de comprensión.

“Cuando viajamos, estos profesionales nos ayudan a encontrar el camino; también cuando compramos cosas, al tomar decisiones razonadas o cuando pagamos impuestos o reclamamos beneficios del gobierno explican nuestros derechos y responsabilidades, al hacer que todo funcione sin problemas”.

La académica dijo que la convocatoria del certamen mundial pedía a los participantes responder ¿cuáles fueron los retos, las soluciones y los resultados?

Ramírez Ramírez expuso que el Atlas de Banquetas consistió en una propuesta interdisciplinaria basada en el proyecto en curso Caminabilidad, producción social y material del espacio, analizado en la Maestría en Planeación y Políticas Metropolitanas de la Unidad Azcapotzalco y el Laboratorio de Análisis Socioterritorial (LAST) de la Unidad Cuajimalpa.

El propósito fue crear un instrumento para recopilar datos de las banquetas en función de los elementos y las actividades que se desarrollan en ellas y luego hacer una aplicación o sitio Web de captura de datos y mapas de la Ciudad de México, que carece de un registro que caracterice las aceras urbanas, más allá de lo que muestran las imágenes satelitales o street view, de Google Maps, las cuales no proporcionan detalles, por ejemplo, medidas, materiales, inclinación u otro elemento que limite la movilidad.

El Atlas podría servir a las personas con alguna discapacidad, ya que los obstáculos comprometen el tránsito y sería benéfico conocer el espacio público de manera más precisa, dijo la licenciada en Diseño por la Unidad Cuajimalpa.

El trabajo ganador de la medalla de bronce –referido a la Ley de Etiquetado Nutrimental de Alimentos– forma parte de la indagación Herramienta de información que fortalezca la literacidad científica del etiquetado de alimentos en consumidores de la Ciudad de México, con el cual pretende obtener el grado de maestra y aborda las modificaciones a la norma NOM-051 para el etiquetado de preenvasados.

Al revisar leyes que regulan este aspecto “encontramos documentos extensos llenos de tecnicismos que nos resultaban complicados de entender, ya que no es nuestra área de especialización”, así que para incidir en el problema, el reto consistió en profundizar en el entendimiento de la norma y una forma de lograrlo fue a través de un producto del diseño de información que jerarquizara y organizara los contenidos.

A través de un diagrama “visualizamos los componentes de la NOM-051, los actores involucrados en su modificación y las especificaciones generales y particulares del etiquetado, pero lo más importante fue que identificamos ambigüedades y contradicciones que se prestan a interpretaciones abiertas.

“Como investigadores e incluso en nuestro papel de consumidores es importante hacer uso de instrumentos que clarifiquen y permitan apropiarnos de la información para establecer el camino hacia una propuesta más adecuada, que considere todas las perspectivas: la del consumidor y la de la norma”, consideró Ramírez Ramírez.

Jiménez Hernández, estudiante de la octava generación de la Madic, explicó que su estudio trata sobre la falta de recursos educativos en la enseñanza de idiomas, en específico del chino mandarín, por lo que el reto fue lograr un juego que facilitara este propósito.

El inglés sigue siendo la “lengua franca con mucho arraigo en el mundo”, pero el chino adquiere cada vez mayor relevancia debido al auge económico de la nación origen, lo que se refleja en los negocios, la tecnología y el intercambio académico, entre otros factores; para aprenderlo deben reconocerse acentos y tonos, además de la gramática y la fonética, sin embargo, “me enfoqué en la escritura”, en la que cada radical –unidad mínima que tiene significación en esa lengua– cuenta con información semántica o fonética.

Algo primordial fue integrar –de un grupo específico de caracteres (150) que el Ministerio de Educación de China (HANBAN) selecciona para los estudiantes del primer nivel– todas las partes organizadas sobre cómo se forma una estructura básica en ese idioma, dijo el diseñador gráfico y licenciado en Enseñanza de Inglés por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

A partir de un juego de fichas y un código de color y formas básicas se puede interpretar cómo se van integrando las partes de la oración en chino, por lo que “se trató de reunir todo en un solo juego, respecto de los 150 caracteres a partir de códigos” y se elaboró un libro con instrucciones básicas del mismo.

El radical “marca la pronunciación –en chino existen cinco tonos– por lo que se posee ésta y las partes estructurales del carácter. Zheng Do significa pelea o lucha y el juego lo ganará quien se deshaga primero de sus 15 fichas al formar oraciones o a partir de puntos. La siguiente etapa será llevarlo a un soporte digital, dada la importancia que ha adquirido el espacio virtual durante la pandemia del coronavirus COVID-19, señaló.

Los alumnos subrayaron que la Madic brinda gran cantidad de herramientas que “nos hacen percibir al usuario en el centro de los proyectos, por lo que debemos tener en cuenta su contexto y necesidades específicas para plantear la propuesta más apropiada”.