• Joe Biden parece estar decidido a retomar el liderazgo mundial e influir de manera determinante en la política internacional.

Por: María Manuela de la Rosa A./

Luego de una política centrada en los asuntos domésticos, en donde Donald Trump  prefirió ocuparse de fortalecer la economía, dejando a un lado la vocación hegemónica norteamericana, Joe Biden parece estar decidido a retomar el liderazgo mundial e influir de manera determinante en la política internacional.

Y si bien su perfil de gran negociador para lograr la aprobación de leyes, la aplicación de políticas públicas  o la resolución de conflictos, podría indicar que su política exterior toma el rumbo de la paz, no nos engañemos, puesto que estar a favor del desarme no necesariamente significa que va a prescindir de ello.

Y no desestimemos el hecho de  que escribió un artículo en el  Foreing Affaires  en su edición marzo-abril del 2020, titulado “Porqué EU debe liderar al mundo”, señala claramente: “es hora de aprovechar la fortaleza y la audacia que nos llevaron a conquistar la victoria en dos guerras mundiales y derribar la Cortina de Hierro”. Afirmación que más que de un presidente concertador, pareciera de un comandante arengando  a sus tropas.

El jueves 4 de febrero dio la orden de no proveer de armas y otras ayudas a Arabia Saudita para una guerra con Yemen, en donde los sauditas han bombardeado de manera indiscriminada para intervenir en la guerra civil de Yemen; lo cual, no sin razón, Biden considera que sería una catástrofe estratégica y humanitaria. Esta orden también implica dejar de proporcionar apoyo logístico y de información  sobre objetivos específicos al país árabe.

Cabe mencionar que el apoyo a Arabia Saudita no comenzó con Trump, sino con de gobierno de Barck Obama, policía en la cual participó activamente Biden y su ahora secretario de Estado, Antony  Blinken, cuando las fuerzas hutíes aliadas con Irán, tomaron Saná, la capital de Yemen en septiembre de 2014, por lo que los sauditas y sus aliados  de golfo (Baréin, Egipto y los Emiratos Árabes), iniciaron ataques aéreos y luego negociaron la compra a EU de miles de millones de dólares en armamento, para expulsar de Yemen a los hutíes. Barack Obama aprobó esta venta con el fin de mitigar el enojo de los árabes por el acuerdo nuclear con Irán.

A la llegada de Trump este acuerdo se fortaleció con más ayuda, que agudizó la guerra civil en Yemen, generando una gran crisis humanitaria y una hambruna de grandes dimensiones, por lo que Biden ahora pretende paliar esta situación, conminando a Arabia Saudita a buscar una negociación que ponga fin a la guerra, pues de seguir, tal vez el mundo sea testigo del exterminio de toda una nación. Y pada ello ha enviado a Timothy Lenderking, un diplomático de carrera, para buscar una negociación que favorezca la suspensión de hostilidades.

Sin embargo, por otro lado, no puede dejar de abastece militarmente a Arabia Saudita, puesto que es su aliado frente a Irán, que cuenta con potencial nuclear, misiles, drones y una gran capacidad cibernética para atacar en cualquier momento.

Esta orden implica asimismo la suspensión de la venta de municiones guiadas de precisión por un valor de 478 millones de dólares y está considerando la venta de armas a los Emiratos Árabes Unidos.

Los intereses de Estados Unidos en la región no se descuidan. De acuerdo con un comunicado de Pentágono, el  miércoles 27 de enero tripulaciones aéreas del B-52H “Stratofortress” de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, asignadas a la Segunda Ala de Bombas, Base de la Fuerza Aérea de Barksdale, Luisiana, sobrevolaron zonas de Oriente Medio. Fue la tercera vez en este año que se realizan sobrevuelos, oficialmntge como una misión defensiva de corto y largo alcance, cuyo objetivo es demostrar la capacidad del ejército norteamericano para desplegar poderío aéreo en cualquier parte del mundo para disuadir una posible agresión y mostrar el compromiso con la seguridad regional.

Para dicha operación, las tripulaciones de los bombarderos se integraron con los centros de operaciones aéreas y otros activos de AFCENT como el F-15E “Strike Eagles”, el F-16 “Fighting Falcons”, el KC-10 “Extenders” y el KC-135 “Stratotankers”. El B-52H “Stratofortress” es un bombardero pesado de largo alcance que puede realizar una variedad de misiones, mismo  que fue acompañado por cazas F-15 de la Real Fuerza Aérea de Arabia Saudita.

El bombardero puede volar a altas velocidades subsónicas, a altitudes que alcanzan los 50.000 pies. Tiene un rango de combate sin reabastecimiento de más de 8.800 millas, también puede transportar una amplia variedad de municiones guiadas de precisión.

El comunicado afirma que está comprometido con la seguridad de sus socios y la preservación de la estabilidad regional, argumentando que no busca el conflicto, pero “continúa con la postura y el compromiso de responder a cualquier contingencia en el mundo”.

Cabe mencionar que, durante el año pasado, durante la administración de Donald Trump, hubo dos misiones cuyo objetivo también fue mantener una presencia disuasiva contra Irán. Y aunque Biden ha expresado su intención de optar por la opción diplomática con Teherán, con estos sobrevuelos reafirma su alianza con los países sunitas.

Asimismo ya ha declarado que no aceptará las intervenciones agresivas de Rusia, sobre todo a partir de los rumores en las anteriores elecciones que favorecieron a Donald Trump. Por lo que ya se ha pronunciado para advertir  que no va a permitir nueva intromisiones  de los rusos; y a diferencia de Arabia Saudita, a la que no reprochó la sospechosa muerte de un periodista, atribuida al príncipe heredero; en una conversación telefónica con Vladimir Putin, Biden instó a su homólogo ruso para que liberara a Alexei Navalny, principal opositor del régimen. Biden ya logró el 3 de febrero que se ampliara por cinco años el acuerdo nuclear New START (el máximo de tiempo permitido para este tratado), , para limitar el armamento estratégico, que es una alianza sólida que disuade a Moscú, aunque el presidente ruso ya ha advertido a EEUU que no tolerará ninguna imposición. Por lo pronto la carrera armamentista que generaría tensiones globales, ha sido diluida.