Por: Redacción

El cosmos, trazado desde una paleta de colores claros mezclados con ocres, esencia de la exposición Constelaciones de lo imposible, que condensa la trayectoria y pasión de la artista plástica mexicana Irma Grizá por el abstraccionismo pictórico durante los últimos 10 años, permanecerá en el Museo de la Ciudad de México hasta el 15 de enero del 2017.

La muestra, integrada por 46 pinturas al óleo conformadas en unidades, dípticos, trípticos y polípticos de diversas dimensiones, fue inaugurada el pasado 23 de septiembre por José María Espinasa, director del recinto; Alejandro Salafranca Vázquez, Coordinador de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX), Luis Ignacio Sáinz, curador de la muestra, y la propia artista mexicana.

“La pintura de Irma Grizá representa —desde ya hace bastantes años—, uno de los momentos más altos de la abstracción pictórica en México. Cuando una pintura es figurativa tendemos a establecer un reconocimiento de las formas, mientras que en la pintura abstracta lo que sentimos es una atmósfera que nos rodea; son pinturas que se respiran o que se tocan con los ojos”, expresó Espinasa durante la ceremonia de inauguración.

El también editor y promotor cultural agradeció a la pintora por compartir su obra en el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, donde aseguró que el trazo de Grizá pinta no sólo el tiempo, sino que retrata paralelamente el alma de la ciudad a través de “colores que nos envuelven, sus tonalidades y las huellas sobre ellas, casi como caricia que se rebela en sentido fotográfico con el tiempo que transcurre en su condición inmóvil”.

Para Irma Grizá, nacida en la Ciudad de México, donde estudió pintura y grabado en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (Academia de San Carlos) de la Universidad Nacional Autónoma de México y con 60 años de trayectoria —en los que su paleta ha disminuido en número de colores—, la esencia de la pintura abstracta está en el color, la forma y las texturas.

“Tengo 50 años de haber llegado a la abstracción y es dificilísimo porque no puede ser simple improvisación, el pintor debe ser un excelente dibujante para poder extraer las formas”, señaló la artista.

La muestra, curada por por Luis Ignacio Sáinz, cumple una itinerancia que comenzó en el Museo de Arte Moderno “Carlos Olvera” de Toluca (marzo-mayo) y continuó en el Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez” de Zacatecas (julio-septiembre), para llegar finalmente al recinto a cargo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, precedida de elogiosos comentarios por la crítica especializada.

“Todos los cuadros son monumentales y al mismo tiempo son íntimos, privados, sensuales; fueron creados con una paleta baja, poco estridente pero homogénea, reposando y anulando lo neutro con algunos tonos de azul y rojo cálidos”, describió Sáinz.

Distribuidas en las cinco salas de la planta baja del recinto ubicado en Pino Suárez Núm. 30, piezas como Años luz, Una vibración, La piel de la tierra, Jardineros cósmicos, Cosmos, Astrónomo y Continuidad, entre otros títulos, dialogan con los altos muros del Museo de la Ciudad de México.

Tras la ceremonia de inauguración, el público disfrutó de la visita a Constelaciones de lo imposible, cuya museografía estuvo a cargo de Héctor Pérez Frutos. La exposición está integrada por 46 pinturas pertenecientes a la colección personal de Irma Grizá, cuya obra ha inspirado la pluma de la talla de Raquel Tibol, Miguel Ángel Echegaray, Alberto Ruy Sánchez, Hugo Hiriart, Eliseo Alberto, Francisco Serrano, Alfonso Alfaro y Margarita de Orellana, entre otros.

Su más reciente muestra individual, Altamar, se presentó en febrero de 2014 en la Galería Contempo de Puerto Vallarta. De manera colectiva, participa actualmente en la exposición Máscaras mexicanas, simbolismos velados en Palacio Nacional.

La exposición Constelaciones de lo imposible, de Irma Grizá, permanecerá abierta hasta el 15 de enero de 2017 en el Museo de la Ciudad de México, ubicado en Pino Suárez Núm. 30, colonia Centro Histórico, delegación Cuauhtémoc.