Por Redacción

La maestra Diana Paulina Martínez Cancino, estudiante del Doctorado en Ingeniería Biomédica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), trabaja –a partir de técnicas de resonancia magnética funcional– en el diseño de protocolos para paliar efectos cognitivos negativos por la privación de sueño.

El proyecto de investigación Protocolos de estimulación magnética transcraneal de alta frecuencia, aplicados a memoria de trabajo –desarrollado en el Centro Nacional de Investigación en Imagenología e Instrumentación Médica (CI3M) de la Unidad Iztapalapa– pretende establecer parámetros óptimos no invasivos para la mejoría de las capacidades cognitivas.

Este aporte beneficiaría a personas con trastornos del sueño o que por algún requerimiento laboral necesiten mantenerse despiertas y atentas: pilotos, conductores y operadores de máquinas; en una etapa más avanzada ayudaría en los tratamientos del Alzheimer y el Mal de Parkinson.

La maestra Martínez Cancino explicó que la técnica de la resonancia magnética funcional permite a los especialistas observar en un resonador cómo reaccionan las áreas cerebrales al desarrollar determinadas tareas. La investigación empleó una técnica denominada n-back, una tarea de memoria de trabajo que “nos permitió encontrar ciertas áreas cerebrales muy sensibles a la privación del sueño”.

El aparato registró las diferencias entre “pre y pos” privación del sueño, por lo que se detectó “que existen áreas específicas del lóbulo frontal que resultaban muy afectadas” ante la falta de descanso. El resultado más relevante, añadió la estudiante del Doctorado en Ingeniería Biomédica, es que la parte más alterada en las personas privadas de sueño es el denominado “control ejecutivo”.

Esto significa que un individuo puede seguir almacenando información y hacer actividades, pero no es capaz de tener un control óptimo al ejecutar ciertas acciones, por ejemplo, tratar de recordar una letra que haya visto.

El resonador evidencia que ese daño está presente muchas veces, llegando a ser muy compleja para el paciente –incluso en personas no privadas del sueño– la realización de actividades que requieren un nivel importante de atención, condición que se logra sólo en quienes se encuentran bien descansados.

Con esos resultados, el objetivo a alcanzar mediante la técnica propuesta fue estimular aquellas áreas que fallan o no tienen un desempeño adecuado. De esa manera “pretendemos que el individuo pueda seguir efectuando sus tareas como si estuviera en una condición normal, pero habiendo estado privado del sueño”.