Por: José Manuel Mota Fernández

María del Rosario Espinoza, se proclamó como la mexicana más ganadora en los Juegos Olímpicos, luego de que obtuvo la medalla de plata en Río 2016. Con la obtención de esta presea, llegó a tres en la máxima justa deportiva y se colocó por debajo de Joaquín Capilla y a la altura de Humberto Mariles.

En esta edición de los Juegos Olímpicos, María del Rosario se quedó con la plata, luego de que fue derrotada por Shuyin Zheng de China, sin embargo, escribió su nombre con letras de oro en la historia del deporte mexicano, al convertirse en la mujer de este país, que más preseas tiene.

María comenzó su participación en Juegos Olímpicos, en Beijing 2008, cuando se proclamó Campeona Olímpica tras derrotar a Nina Solheim, representante de Noruega que, en ese entonces, era la favorita para subir a lo más alto del podio.

Posteriormente, en el 2012, la situación cambió totalmente para la nacida en Guasave, Sinaloa. En ese entonces, era la mejor posicionada en el ranking mundial. Tras superar 13-0 a la representante de Samoa, María del Rosario accedió al duelo por el tercer lugar, en contra de Glenhis Hernández, a quien derrotó 4-2.

Ahora, María se instauró como la mexicana que más medallas ha ganado en la máxima justa deportiva con tres preseas. Superó a la clavadista Paola Espinoza quien obtuvo una plata y un bronce y que, hasta este año, era quien más preseas había obtenido.

Pero la gloria de María no termina ahí, con lo sucedido el día de hoy, empató en medallas a Humberto Mariles, ambos con tres preseas, la diferencia entre ambos, es que Humberto consiguió dos metales dorados, cosa que no logró la estudiante de administración. El jinete se consagró como el máximo ganador en Juegos Olímpicos en Londres 1948, cuando obtuvo dos preseas doradas y una de bronce.

Ahora María está en búsqueda de igualar al mexicano que más medallas ha conseguido en la historia de los Juegos Olímpicos, Joaquín Capilla. El clavadista comenzó su ciclo Olímpico en 1948, donde obtuvo la medalla de bronce desde la plataforma de 10 metros.

Cuatro años después, en Helsinki 1952, superó su actuación pasada, debido a que terminó en el segundo puesto. La historia no terminó ahí, ya que, en 1956, en la edición de Melbourne, Capilla subió al podio en dos ocasiones, la primera para colgarse el metal dorado y la segunda, la que cerró su ciclo Olímpico, fue una medalla de tercer lugar, medalla que lo tiene como el máximo ganador mexicano, en la historia de los Juegos Olímpicos.