Por: Iudex

El arbitraje mexicano es una de las cosas más polémicas que envuelven al futbol nacional, lleno de altibajos por parte de los silbantes, juicios errados y falta de conocimiento del reglamento. Pero hay una cosa más preocupante aún, la falta de oportunidades para las mujeres árbitro, a quienes mandan como abanderadas, porque no las consideran capaces de soportar la presión en un duelo profesional como centrales.

La cantidad de estas colegiadas, que llevan la misma preparación que los hombres, es cada vez más grande, torneo tras torneo se están debutando mujeres en el futbol profesional, sin embargo, no ocupan el puesto principal, su labor se reduce a levantar la pantalla para anunciar un cambio o tiempo agregado o bien, como abanderado número dos.

A finales del torneo pasado, Héctor González Iñarritu, presidente de la Comisión de Árbitros, dijo que este 2017, una mujer volvería a ser la central en un partido de primera división, y ya hay una candidata para este puesto de nombre: Lucila Venegas Montes.

Ella ha dirigido solamente tres partidos como central, dos en el Ascenso MX que incluyeron los duelos entre la UAEM y Juárez en el presente torneo, así como el enfrentamiento entre Cimarrones de Sonora y Lobos BUAP, en el Apertura 2016. Este mismo semestre, estuvo presente como central en el duelo entre el conjunto sonorense y los Correcaminos. Las tres fueron participaciones limpias, es decir, sin errores, ni polémicas.

Esta central, que porta el Gafete FIFA desde el 2008, participó también en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, en la rama femenil, además de que ha participado en Mundiales de la categoría Sub-20 y Sub-17, así como el preolímpico para la pasada edición de la máxima justa deportiva.

En caso de que llegue a debutar en el máximo circuito del balompié nacional, será la segunda árbitro en lograrlo, luego del breve paso de Virginia Tovar en el 2004, quien dirigió cuatro partidos de la máxima categoría, entre ellos, uno del América, el cual la lanzó al estrellato del mundo arbitral y le probó que el futbol, es un deporte machista.

El 22 de febrero del 2004, la silbante pitó su primer juego, el cual incluía a América y a Irapuato, la ‘Trinca Fresera’. Las acciones las llevó bien, los de Guanajuato se impusieron 2-1 sobre las Águilas en aquel duelo que perteneció a la sexta jornada del torneo Clausura. Debido a la derrota de los azulcremas, Cuauhtémoc Blanco perdió la razón y arremetió en contra de la colegiada.

“Mejor dedícate a lavar platos”, fueron las palabras del ídolo del americanismo a la central, ya que consideró que su accionar dejó mucho que desear. A pesar de eso, Tovar dirigió tres partidos más en el máximo circuito. Querétaro contra Necaxa, Pachuca en contra de Santos Laguna y terminó su participación con el duelo entre Jaguares y Veracruz.

Tovar tuvo solo una razón para dejar el futbol mexicano profesional: El machismo. “El machismo estaba muy pesado. Fue una decisión muy difícil, tuve que poner una balanza e impulsar a mi hijo. Ya no había apoyo con Aaron Padilla, mis partidos eran cada mes, siendo que yo cada ocho días salía”, expresó en entrevista para Azteca Deportes.

A pesar de que fue ella la primera mujer en dirigir en primera división, declaró en esa misma entrevista que ella no considera que abrió el camino para “las mujeres de negro” y remarcó que lo único que les falta es que confíen en ellas y les den la trayectoria suficiente. Para terminar aquella charla con la televisora del pedregal dijo que los hombres de pantalón largo no se van a atrever a darle oportunidades a las mujeres, situación que podría o no cambiar en un futuro no muy lejano.