Por: Redacción/

La piel es el único órgano que está constantemente en contacto con el medio ambiente, por lo que se encuentra expuesta a sufrir daños por climas extremos como el calor emitido por los rayos solares o las bajas temperaturas que se presentan en esta temporada.

Durante el invierno, la falta de cuidados de la piel puede ocasionar daños, que van desde resequedad y comezón hasta la muerte del tejido (necrosis) de alguna zona del cuerpo, como las orejas (pabellones auriculares), la nariz o la punta de los dedos.

Los grupos de población más susceptibles son las niñas y niños, adultos mayores y quienes padecen alguna enfermedad dermatológica como psoriasis, dermatitis atópica e ictiosis; así como mujeres en la etapa de la menopausia.

Con el frío y la falta de humectación, la piel tiende a tornarse quebradiza, presentar comezón y crear grietas que son la vía de entrada de bacterias y virus que pueden ocasionar infecciones leves.

Para prevenirlo, todo el cuerpo debe ser humectado a diario. Sin embargo, debemos intensificar los cuidados en las partes más expuestas al ambiente, como las manos y la cara.

Al ser constantemente lavadas con agua y jabón, las manos pierden su hidratación natural, por lo que se recomienda aplicar una capa de crema después del lavado.

En el caso de la cara, especialmente en los labios, se recomienda usar una pomada hidratante para evitar que el frío los reseque y agriete.

Como medidas adicionales se recomienda:

Baño diario y rápido con agua tibia, ya que el agua caliente por un tiempo prolongado elimina la capa de grasa de la piel y se reseca más.

Una vez terminado el baño, secar el exceso de agua y con la piel aún húmeda aplicarse crema humectante.

Durante el invierno los rayos del sol también dañan la piel, por lo que se debe utilizar protector solar en cara, manos y pabellones auriculares, especialmente.

En caso de identificar enrojecimiento, obscurecimiento o entumecimiento de la piel, es necesario acudir a un Centro de Salud para ser valorado y brindar tratamiento oportuno.

En esta temporada no bajemos la guardia y fortalezcamos las medidas preventivas: cubrir boca y nariz al estornudar o toser; evitar los cambios bruscos de temperatura, así como aumentar el consumo de líquidos y de alimentos ricos en vitaminas A y C, como verduras de hoja verde, lima, mandarina, naranja y guayaba.