Redacción

Es previsible que los poderes legislativos de cada uno de los países que suscribieron el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) ratifiquen este instrumento en cuanto el Congreso de los Estados Unidos haga lo propio, según un análisis del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, del Senado de la República (CEIGB).

 Sin embargo, advierte que el tono del debate electoral en Estados Unidos anticipa un escenario incierto para el TPP, en caso de que el presidente de esa nación, Barack Obama, no consiga convencer al Congreso de aprobarlo antes de dejar la Casa Blanca.

 En la nota de coyuntura “El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP): Perspectivas para su aprobación en los Estados miembros”, el CEIGB realiza un análisis detallado sobre los procedimientos legislativos internos que tendrán que llevar a cabo los doce países miembros para lograr la ratificación de este tratado comercial internacional.

 El documento hace énfasis en el caso de Estados Unidos, ya que no sólo fue el principal promotor del acuerdo, sino que su economía representa más del 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) combinado de todos los miembros

 Además, plantea los obstáculos para una pronta aprobación en el Congreso de Estados Unidos: la complejidad de la votación a favor durante el periodo poselectoral de esa nación; así como el escenario de una eventual reapertura de las negociaciones del TPP, reapertura a la que países como Japón y Singapur han mostrado su rechazo.

 El análisis del CEIGB resalta que, a pesar de un escenario adverso para el comercio internacional y un contexto mundial en el que resurgen los impulsos proteccionistas, se anticipa que la aprobación de este instrumento comercial, aunque no sin obstáculos importantes.

 Señala que las fuerzas políticas adversas a la integración comercial tienen un papel fundamental en distintos países, en la mayoría de los parlamentos y congresos de los países miembros.

 En el mejor de los casos, el TPP podría entrar en vigor hasta el año próximo, a pesar de la complejidad de algunos procesos legislativos, que exigen la aprobación de legislación de implementación antes de la ratificación del instrumento, o la aprobación por las dos cámaras del parlamento en otros casos.