Por: Redacción

A un siglo de haberse redactado nuestra Carta Magna y frente a una sociedad muy distinta a la de 1917, México reclama una nueva Constitución que se convierta en un referente del comportamiento social de nuestro país y al mismo tiempo consigne una nueva estructura institucional, señaló el diputado Agustín Basave Benítez.

Consideró inaplazable avanzar en la redacción de una nueva Carta Magna que esté apegada a la realidad, además de que sea concisa y coherente, porque a cien años de su promulgación, la actual, además de tener más de 600 enmiendas, es la segunda o tercera más larga del mundo, amén de incoherente, disfuncional y contradictoria.

El legislador lamentó que aún hay quienes argumentan que los mexicanos no podemos y que somos incapaces de darnos un nuevo legado constitucional. “Dicho argumento es falso porque los constituyentes de la Ciudad de México demostraron que sí pudieron ponerse de acuerdo y redactar una constitución”.

Basave Benítez lamentó el argumento de que es inconveniente redactar una nueva constitución. “Varios países con nuestra tradición jurídica y otros más pudieron culminar sus transiciones democráticas con un proceso constituyente: “España en 1978; Sudáfrica en l996; Chile en l980; Brasil en l988; Colombia en l991; Paraguay en l992; Perú en l993; Ecuador en l998 y en 2008; Venezuela en l999 y Bolivia en 2009”, destacó.

Dijo que el país requiere de un pacto social diferente al de 1917 porque hay una excesiva distancia entre la norma y la realidad. Por ello, el Partido de la Revolución Democrática –explicó- “demanda construir un nuevo consenso para mantener el disenso y que todos los sectores políticos y sociales nos pongamos de acuerdo para saber qué hacer cuando no estemos de acuerdo”.

Para el diputado federal perredista una constitución no es una utopía, sino “la guía cotidiana del comportamiento individual y social de un país presente, un instrumento jurídico, además de que debe ser breve, portátil, accesible y comprensible para todos. “Debe anteponer realmente los intereses de la sociedad en su conjunto y no favorecer a un puñado de personas que desde el poder la manipula e interpreta a su conveniencia”.

Planteó que como lo hizo el Constituyente de la Ciudad de México, debemos redactar un nuevo instrumento jurídico a nivel federal para garantizar los derechos de la población, ya que más que un cambio de gobierno, México exige a gritos un cambio de régimen.

Dijo que mientras se mantenga esencialmente el mismo entramado legal o institucional, o el ejercicio del poder siga rigiéndose por las mismas reglas informales, México no podrá transitar a mejores estamentos económicos, sociales y políticos.

Por ello aseguró que es posible crear un nuevo ordenamiento constitucional y un estrato normativo entre ésta y las leyes secundarias para descargar un paquete reglamentario que aligere a la Carta Magna y facilite su reforma integral, ya que, aprobarla significaría un paso importante de un nuevo texto constitucional que conserve lo esencial de actual.