Por: Redacción/

Un grupo multidisciplinario de más de 30 investigadores de diferentes instituciones mexicanas, donde participaron los Institutos Nacionales de Medicina Genómica y Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, realizaron un estudio del genoma completo de 12 individuos de poblaciones indígenas, que confirma que los pobladores originales de México tienen afinidad genética con un individuo que se estima habitó en Siberia (niño de Mal’ta) hace 25 mil años.

El objetivo de esta investigación fue ampliar el conocimiento sobre la historia demográfica de los mexicanos, sin embargo, los hallazgos también podrían ser útiles para identificar factores genéticos relacionados con enfermedades prevalentes entre la población.

El trabajo científico titulado Historia demográfica y variación genética biológicamente relevante de mexicanos nativos inferidas a partir de la secuenciación del genoma completo, y publicado en la revista Nature Communications, consistió en analizar la secuencia del genoma completo de 12 personas de seis diferentes grupos étnicos y regiones del país: del norte: tarahumaras y tepehuanos; del centro y sur: nahuas, totonacas y zapotecos, y mayas de la Península de Yucatán.

Aunque son pocos los genomas indígenas analizados, su comparación con genomas antiguos, permitió inferir aspectos importantes de la historia demográfica de las poblaciones indígenas.

Se concluyó que el número de los primeros pobladores era reducido y permaneció así en las poblaciones que se asentaron en el norte del país (como los grupos tarahumaras y tepehuanos).

En contraste, el tamaño de las poblaciones del centro y sur se incrementó de manera importante, coincidiendo en tiempo con la domesticación del maíz, hace aproximadamente 10 mil años.

Dado que los primeros pobladores de América pudieron haber quedado aislados en el estrecho de Bering durante más de cinco mil años, previo a su dispersión en el continente, es posible que existan variantes genéticas únicas y comunes entre las poblaciones indígenas, que sean poco frecuentes o incluso no existan en otras poblaciones del mundo.

Estas variantes podrían ser relevantes para entender algunas características biológicas de las poblaciones de México o incluso, estar relacionadas con la mayor prevalencia de diversas enfermedades o la variación en la respuesta a tratamientos farmacológicos.

En este sentido, llama la atención que en los genomas de los dos sujetos de la población tarahumara, grupo étnico reconocido por su capacidad física, se identificó un mayor número de variantes nuevas en genes relacionados con funciones musculares, lo cual también se observó en el genoma de tres corredores pertenecientes a la misma población.

Sin embargo, la capacidad física reconocida en los tarahumaras puede estar relacionada con diversos procesos ambientales y sociales, además de los genéticos. Por esta razón los hallazgos del estudio no establecen que la genética de este grupo poblacional determine su capacidad atlética.

Cabe destacar que se trata de un trabajo multidisciplinario, en el que participaron especialistas mexicanos en genética, antropología, medicina, biología molecular, matemáticas y ciencias de la computación, de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicada a la Salud de la Facultad de Química, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Universidad Iberoamericana e Instituto Mexicano del Seguro Social.