Por: Redacción

Durante el foro “Análisis de la Tauromaquia en México”, legisladores se pronunciaron por escuchar y analizar las posturas a favor y en contra de este tema, a fin de construir una norma adecuada en la materia donde prevalezca el bienestar del animal y de las personas.

El presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, diputado Arturo Álvarez Angli, señaló que en el tema de la preservación o prohibición de la tauromaquia en México, “deben ser escuchadas todas las voces de la misma forma y con el mismo respeto” para llegar a conclusiones que permitan elaborar la legislación necesaria.

Al inaugurar el foro, indicó: “el propósito es contar con toda la información que dé como consecuencia una iniciativa que regule esta actividad. Sabemos cuáles son las posiciones pero muchas veces desconocemos la información que existe detrás de ello”.

Sostuvo que la intención de este foro es, precisamente, acercar posiciones en un tema “tan complejo, tan apasionante para muchos como es la fiesta brava”.

Se requiere de una gran civilidad en el tratamiento del tema, ya que se escucharán “posiciones con las que estemos de acuerdo y otras con las que no”, característica intrínseca de la democracia.

Con este evento comienza una serie de foros, todos de similares características que permitirán avanzar en esta discusión.

El secretario de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, diputado Juan Fernando Rubio Quiroz (PRD), reiteró la invitación a escuchar las diferentes opiniones que permitan, de la mejor manera, construir una política pública entre todos, ya que “la función del legislador es escuchar todas las voces, es importante ser receptivos de lo que se dice”.

“¿Podemos tener la finalidad de mantener un arte o actividad, modificando el objetivo final? ¿Somos capaces de trabajar juntos en donde el animal no sea violentado, establecer una ruta en donde todas las partes sean escuchadas? Debemos plantearlo, podemos llegar a una solución en donde ninguna parte sea afectada y mantengamos los derechos de las personas y del animal”, planteó el diputado.

Indicó que la tauromaquia en México es un tema sensible donde “debemos ser receptivos a los comentarios y opiniones de quienes están a favor y en contra. Nuestra responsabilidad es establecer una política pública que permita el libre desarrollo de ambos, trabajar por el bienestar animal y por el de las personas”.

Las posturas vertidas en el foro dan argumentos “en donde podemos coincidir o no estemos de acuerdo, pero donde la finalidad sea construir una sola visión, un solo camino para trabajar juntos, esa es la manera en como lo debemos hacer. México no necesita más violencia, por el contrario, “necesitamos escucharnos, escuchar todas las voces”.

La también secretaría de esta instancia legislativa, diputada María del Carmen Pinete Vargas (PRI), coincidió en lo valioso que es para los legisladores tener los argumentos necesarios y suficientes para un debate legislativo y actuar en consecuencia.

Al clausurar el foro, precisó que será útil para los legisladores escuchar los diversos posicionamientos que, sin duda, “esa es parte de nuestra tarea siempre con base en la tolerancia y el respeto, a fin de que nos ayuden a construir la mejor de las decisiones y evitar el maltrato y daño a los animales en cualquier tipo de los terrenos, así como respetar la cultura”.

“Es aquí donde los diputados tenemos que analizar y continuar con este tipo de foros. La Comisión de Medio Ambiente está en la mejor disposición de ser su voz y llevar los planteamientos a favor y en contra de este tema”, concluyó.

Corridas de toros, manifestación cultural protegida por la Constitución

En el primer panel sobre “Análisis a favor de la Tauromaquia en México”, Salvador Arias Ruelas, asesor jurídico de la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares (ANMTNRS), aseguró que las corridas de toros son una manifestación cultural y como tal está protegida por la Constitución y en tratados internacionales.

“La tauromaquia encaja perfecto, es una manifestación cultural, protegida por la Constitución, lo que deberíamos es discutir medidas de protección y fomento de las corridas de toros”, señaló.

Enfatizó que en caso de una prohibición, “se caería en claras violaciones a los derechos de una minoría”.

Rafael Cue, representante de Tauromaquia Mexicana Siglo XXI, advirtió que de prohibirse el arte taurino, la raza del toro bravo o de lidia terminaría por extinguirse, además de que la actividad representa un valor de industria por 5 mil 541 millones de pesos al año y genera 3 mil 570 trabajos directos y poco más de 10 mil indirectos.

“En el 2015, tan sólo en IEPS, generó 91 millones 700 mil pesos, y de ISR, 380 millones 400 mil pesos, lo que sumado con otros impuestos da una recaudación anual de 816 millones 900 mil pesos”, explicó.

En ese año se lidiaron 3 mil animales, entre toros, novillos y becerros, mucho menos del número total de animales que son sacrificados diariamente en los rastros; además, existen 216 plazas y 592 festejos taurinos, con una asistencia de tres millones 582 mil espectadores. Destacaron la Feria de San Marcos con una derrama económica de 3 mil 61 millones de pesos, y la de León con 2 mil millones de pesos.

El torero Francisco Dóddoli, a nombre de la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares, aseguró que la tauromaquia es una industria “cien por ciento mexicana” con impacto en el PIB y generadora de cultura, por lo cual invitó a los detractores presentes en el foro a que acudan a la jornada taurina que acaba de abrir y conozcan la calidad de los jóvenes que participan.

El médico veterinario zootecnista de la UNAM, José Heredia Gómez, puntualizó que “el toro bravo” no es un animal doméstico, sino “una fiera que, junto al torero, produce arte y un sinnúmero de actividades”.

Acusó que cuando se pretende prohibir este espectáculo sólo observan “la punta del iceberg” y no ven la actividad que está detrás de esta industria y su aportación al medio ambiente dentro de los ecosistemas, en donde a un sólo toro se le destina hasta dos hectáreas de manera exclusiva.

Muerte de toros en corridas contraviene normas sobre animales domésticos y silvestres

En el segundo panel “Análisis en contra de la Tauromaquia en México”, la secretaría académica del Programa Universitario de Bioética, Beatriz Vanda Cantón, sustentó que algunos de los estados mentales que refleja el toro durante una corrida son el miedo, la ansiedad, la frustración, la depresión, la agresividad y el dolor hasta llegar a su muerte a causa de una bronco-aspiración o un paro cardio-respiratorio.

Resaltó que este tipo de muertes contravienen la Norma 033 referente a los métodos para dar fallecimiento a los animales domésticos y silvestres, la cual refiere que el deceso sea en previa conciencia de la víctima, así también difiere de la Norma 099 sobre el proceso sanitario que debe tener la carne, donde el faenado del cadáver no se hace de acuerdo a la noma nacional vigente.

La activista y fundadora de la asociación civil “Sí! esperanza animal”, Mónica Hernández Castañeda, expuso que las corridas de toros consisten en torturar hasta la muerte a estos animales, quienes tienen un sistema nervioso similar al humano. “Durante 20 minutos que dura el espectáculo su sistema nervioso le está transmitiendo un extraordinario dolor”, dijo.

Ante ello, señaló que la protección de los animales tiene que ser integrada como un objetivo de la política actual de nuestro país. “Debemos eliminar cualquier excepción en las leyes, las corridas de toros existen excepcionalmente, ya que todas las leyes de protección animal hacen una excepción con las corridas de toros, excluyéndolos de todo derecho y protección para ser parte de un espectáculo público; no se puede continuar justificando la tortura y muerte de 6 mil toros al año”.

Respecto a la tauromaquia infantil, Gustavo Lozano Guerrero, de la Fundación Franz Weber, explicó que la Convención de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que es el tratado internacional en esta materia más firmado en el mundo y del que México es parte desde 1990, expuso un estudio sobre escuelas de tauromaquia, financiadas con dinero público y privado, donde se admiten niños desde los 3 hasta los 17 años.

En ellas, continuó, se les entrena en el manejo de objetos punzocortantes en el ánimo de que se conviertan en toreros; es un circuito de explotación laboral infantil. El Comité de los Derechos del Niño reconoció su preocupación por esta práctica, a la que tienen acceso menores de edad de México, Portugal, Colombia, Francia y Perú.

El director del Programa Universitario de Bioética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Linares Salgado, preguntó si es justificable el uso de los toros en festividades culturales en donde evidentemente se torturan y matan. Esta pregunta, afirmó, no sólo es moral sino legal, ya que crece el consenso en la sociedad de que estos actos ya no tienen justificación plena.

En todo Estado de Derecho, mencionó, las libertades de los ciudadanos deben tener ciertos límites. “No podemos suponer que cualquier cosa que implique violencia, tortura y muerte injustificada a otros seres vivos deba permitirse en el espacio público”, por lo que debe continuar y avanzar el marco legislativo en la materia.

“Pretender que las corridas de toros forman parte de nuestra identidad cultural es inconsistente. La cultura, las costumbres y la identidad cambian, a veces para bien, comentó.