Por: Redacción

El trabajo dignifica, pero para la actriz mexicana Carmen Salinas también ayuda a mitigar un poco el dolor que siente desde hace varios años cuando la vida le arrebató, primero a su hijo Pedro, y luego a su inseparable amigo “mi hermano, el Chato”, a quienes mantiene en su corazón y en honor a quienes cada día se levanta a dar el máximo.

Hay que levantarse y empezar el día a las cinco de la mañana para que rinda el día, dice la veterana actriz, quien se ha incorporado a la nueva producción de Juan Osorio “Sueño de amor”, donde interpretará a Margarita, “una vieja bien alivianada, como soy yo en la vida real con mis nietas y mi nieto, con quienes me llevo de maravilla”.

Sobre cómo encuentra la motivación para emprender este nuevo reto actoral con tanto entusiasmo, comenta que tras más de 116 películas y unas 20 ó 25 telenovelas, le da mucho gusto que la sigan llamando. “Con Juan (Osorio) me da mucho gusto porque lo quiero mucho, lo conozco desde que jalaba cables y sé que cuida mucho su trabajo, con mucho cariño; para mí es un amor que me considere como su madre y su amuleto de buena suerte”.

Además, dice, la contagia el entusiasmo que él imprime “y si me dice vas en moto, me subo a la moto; te pones pantalón, me lo pongo, no soy mucho de eso, pero me encanta todo lo que hace Juan y que tenga mucha fe en mí, como actriz, como amiga y como ‘madre’”, asegura la famosa empresaria y productora teatral.

Y es que para doña Carmen Salinas, “nunca hay que decir que no se puede, sino ponerle todas las ganas en lo que uno hace y hacerlo con mucho amor. Hay que levantarse a las cinco de la mañana y se termina cuando ellos me digan, pues para eso me alquilo”, asegura.

Sobre las pesadas cargas de trabajo que enfrenta al ocupar una curul en la actual diputación, y participar en diversos proyectos de cine y televisión, mira fijo y asevera: “ya tendré chance de descansar cuando me muera”.

Hoy, dice con voz quebrada, “es lo que me ayuda a aminorar el dolor que traigo a cuestas, y lo que extraño a mi hermano el chato…sabes qué hago –dice- le llevo de comer a todos los gatos del panteón, y pintamos todas las tumbas que están en esa hilera”.

Si descansara, advierte con cierta nostalgia, “se me vendría esa angustia de la ausencia, de no ver a mis seres queridos, de no ver a Pedrito, al chato, a mis hermanas, hace apenas un año se murió una de ellas, mucha gente se refugia en el vino, en el cigarro, qué bueno que lo hagan y yo con mucho trabajo hasta agotarme, así pienso que podré dormir bien en la noche…”

Pensativa, remata: “Es difícil entender las decisiones de Dios, pero son decisiones de él y uno tiene que respetarlas, yo nunca he renegado ni perdido la fe, no creo en adivinos que me digan lo que me va a pasar ahora, yo creo en mi padre Jesús y su santísima madre, la Virgen María.

Recompone la figura, se sacude la tristeza y comenta que también se da tiempo valioso para pasar en familia, “me voy al cine con mis nietas, son muy respetuosos y soy muy relajada con ellas, no les hablo con palabras altisonantes sino puro amor y cariño”.

Lo que me falta por hacer, recuerda de pronto, es alguna serie, aunque está contenta porque está por entrar a Netflix, donde entrará la película “Los cuatro maras”.

“La hice hace dos años y la sacaron en Tepito, es la que más se vende”, dice con orgullo tras referir que es un trabajo fuerte, “no debe asustarnos el lenguaje, una cosa es que te metas en un personaje y voy a seguir siendo la señora Carmen Salinas”.

Por otra parte, en torno a su labor en la LXIII Legislatura, comenta que estar en una curul le permite ver el país desde otra perspectiva: “yo si he creído en mi Presidente, en la justicia, yo sabía que iban a agarrar de nuevo al Chapo, yo sí creo en las autoridades, y en que como ha habido aciertos también ha habido errores, y no solamente con estas autoridades; la devaluación es una cosa mundial, lo de la baja del petróleo; se viene abajo China y se viene abajo el mundo entero”, externa.