Por Redacción

Para dar por concluido su primer semestre de actividades de 2016, la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Teocuicani de la Delegación Tláhuac ofreció este fin de semana un concierto gratuito en el Centro Cultural Venustiano Carranza, en la colonia Jardín Balbuena.

En el recital de este domingo 3 de julio, la agrupación —perteneciente al Programa de Orquestas Juveniles y Coros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México— interpretó piezas como Marche Slave, de Piotr I. Chaikovski; Ballet parisienne, de J. Offenbach, y Waltz no. 2 de “Jazz Siute”, de D.Shostakóvic y el arreglo de la película Piratas del Caribe.

Luego de cerrar el semestre, la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Teocuicani de la Delegación Tláhuac continuará activa con el curso de verano del Centro Cultural Ollin Yoliztli, el cual iniciará el 18 de julio con la participación de 13 orquestas de la Ciudad de México para cerrar con una presentación en conjunto, aseguró el director de la agrupación, Moisés Pascual Granados.

En entrevista, el maestro Moisés Pascual Granados, quien ha estado involucrado con la Orquesta Teocuicani desde sus inicios, habló sobre cómo la música se vuelve parte importante de los jóvenes que se integran a la agrupación.

“Para los niños, la música es algo muy serio, porque saben que el primer público para el que van a tocar es su familia. Se trabaja de manera profesional y seria con los muchachos para que tengan un desempeño profesional”, dijo. Y agregó: “Cuando entran a la Orquesta se vuelve su segunda familia, y se puede ver reflejado en lo que publican en las redes sociales”.

Con 27 años de existencia, la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Teocuicani brinda la enseñanza de música a niños y jóvenes, a quienes se les presta el instrumento si no tienen la posibilidad de comprarlo e incluso pueden llevarlo a casa, bajo las reglas establecidas en el Programa de Orquestas Juveniles y Coros de la Ciudad de México.

Moisés Pascual Granados, quien es egresado de la Escuela Superior de Música del INBA como Licenciado en Trompeta y director de la Orquesta Teocuicani desde 2012, mencionó que la oportunidad de tocar en otras sedes fuera de su delegación permite “que los muchachos conozcan otras espacios y otros teatros”, aunque le gustaría que “hubiera mayor difusión a nivel delegacional”.

Como una muestra de la influencia positiva que puede ejercer la orquesta en la vida de los jóvenes, el violinista de la agrupación Cristian Quiroz dijo que “la música me cambió prácticamente de blanco al negro. Yo era un desastre, estaba en malos pasos, pero cuando entré a la Orquesta fui cambiando”.

Cristian Quiroz lleva dos años en la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Teocuicani, y fue gracias a su madre que decidió aprender a tocar un instrumento. “Al principio lo vi como pasatiempo, pero después me fue absorbiendo y ahorita lo veo como una pasión y una oportunidad de estudiar música de manera profesional”, afirmó.