Por: José Manuel Mota Fernández/

Las personas con discapacidad cada día tienen más facilidades para llevar a cabo su vida cotidiana. En gran parte, esto se dio gracias a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que, en 1992, declaró el tres de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

Esta situación ha repercutido notablemente en el deporte, mismo que lleva más de 27 años apoyando el deporte adaptado. Si bien había competencias para personas sordas desde París 1924, el deporte Federado entró mucho tiempo después, 36 años para ser exactos, cuando se llevaron a cabo los primeros Juegos Paralímpicos de la Historia.

Transcurría el año de 1959 cuando Antonio Maglio, ex director del Centro de Lesiones Modulares (INAIL, por sus siglas en francés), llegó con la idea de un evento de deporte adaptado. Ese mismo año, se acercó con el Comité Olímpico Internacional (COI), para plantear el proyecto que tenía.

De acuerdo con la página oficial de los Juegos Paralímpicos, la idea de Maglio tuvo una gran aceptación y en “tiempo récord”, organizaron el evento. Los Juegos Olímpicos del año entrante eran la oportunidad perfecta y fue de esta manera que Roma se convirtió en el país anfitrión de los primeros “Juegos Internacionales para Discapacitados”.

En aquella edición, participaron 400 atletas en silla de ruedas, provenientes de 23 países diferentes en ocho disciplinas. Dentro de ellas había esgrima, basquetbol, natación, tenis de mesa, tiro con arco, dartchery, entre otros.

Desde ese momento, el evento para personas con discapacidad se convirtió en una tradición. Al igual que ahora, los Olímpicos eran seguidos de los Paralímpicos, que compartían instalaciones y sedes, evidentemente, algunas de ellas con adecuaciones para el libre movimiento de los competidores y no afectar así su desempeño.

En la primera edición, Italia mandó en el medallero. La delegación consiguió la suma total de 80 preseas, 29 doradas, 28 de plata y 23 de bronce; Reino Unido terminó segundo con 55 metales y el tercer puesto se lo llevó Alemania con 30 al igual que Austria, que consiguió menos medallas doradas que los germanos.

A lo largo de las 15 ediciones que ha habido de este tipo de eventos, solamente dos de ellas no han compartido sedes. En 1968 el Gobierno Mexicano declaró que no se podían celebrar en tierras ‘Aztecas’ por falta de infraestructura y en 1980 que pasaron de ser en Moscú a los Países Bajos.

Y ahora, los Juegos Paralímpicos han tomado un rol protagónico y la entrada a los eventos ha incrementado considerablemente con el paso de los años.

Evidentemente, México ha sido parte importante de estos juegos y se encuentra como uno de los 25 países que más medallas han conseguido, con un total de 273 de acuerdo con www.paralynpic.org . Pero, ¿Cómo ha sido la participación de México en los Paralímpicos?

De acuerdo con la página de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), en el apartado del Comité Paralímpico Mexicano (COPAME), comenzaron a participar hasta Alemania 1972. En esa ocasión, llevaron seis representantes mexicanos que se regresaron con las manos vacías de la Universidad de Heidelberg.

Como se ha hecho una costumbre, la tenacidad de los mexicanos salió a relucir muy pronto y en Arnhem 1980, se metieron al “Top 10” del medallero. Consiguieron 41 medallas, 20 doradas, 16 plateadas y cinco más de bronce, para sellar la mejor participación de México en un evento de esta categoría.

Resulta imposible no recordar todas las hazañas que han conseguido los paratletas mexicanos, quienes demuestran en cada participación que las discapacidades no son sinónimo de derrota.

Ejemplos de superación y garra hay muchos. Está el claro ejemplo de Juan Almaraz que consiguió el primer oro en la historia de los paralímpicos mexicanos en Toronto 1976 o Eusebio Valdés, quien consiguió siete oros entre 1976, Arnhem 1980 y Nueva York 1984, todas ellas en atletismo.

Lo que puede resultar lamentable de todo esto, es el poco interés que despiertan, principalmente en los medios de comunicación. Sin importar la cantidad de medallas que se consigan en las justas deportivas.

Otro de los factores que influyen directamente es la disminución de apoyo económico a la CONADE por parte del gobierno. Del sexenio de Felipe Calderón a la fecha, con Enrique Peña Nieto, bajó 1.6 millones de pesos, por lo que los 2.4 MDP que llegan a la CONADE y se reparten en una cantidad menos al COPAME, resultan insuficientes.

Esto se reflejó en la pasada edición de Río de Janeiro 2016, cuando sumaron 15 preseas. Si bien es una cantidad a la cual no se aspira en los Juegos Olímpicos por los resultados que han dado, disminuyó considerablemente desde Sydney 2000.

A pesar de las adversidades económicas, el deporte paralímpico de nuestro país, no se cansa de dar la cara y conseguir buenos resultados. Parece ser que, para ellos, lo económico queda en segundo plano, lo que los lleva a dar todo dentro de sus pruebas y dejar el alma por conseguir uno de los ansiados metales.

Enhorabuena que comenzaron las pruebas del deporte adaptado. Con esto, solamente se demuestra que tener una discapacidad no es un impedimento para vivir y sobresalir.