Por: Iudex/

Este 14 de septiembre se cumplieron cuatro meses desde que Arturo Brizio llegó a la presidencia de la Comisión de Árbitros de la FMF, con una idea firme: Rescatar el arbitraje mexicano, además de cumplir los caprichos de todos los árbitros de “jerarquía” en el futbol mexicano.

Recapitulemos rápido, agredieron físicamente a dos árbitros, mandaron a huelga, no se jugó la jornada 10 del Clausura 2017, despidieron a Hedgardo Codesal (eso estuvo bien) y después llegó Arturo Brizio, porque los silbantes querían a un líder que hubiera sido árbitro, no importa que Codesal haya sido árbitro en la final de un mundial, para ellos no importó.

Fue el 14 de junio cuando se presentó al mayor de los Brizio Carter como mandamás de la comisión y se esperaba que su fuerte carácter dentro de la cancha y su sencillez fuera de ella ayudara al gremio a tener una mejoría de cara al presente Apertura 2017.

Todo inició así: Dejó a un lado los dos proyectos de Hedgardo, uno era probar silbantes del ascenso en la Liga MX dentro de las primeras jornadas y la otra la dijo así: “no porque sea mujer va a estar en la primera división, se lo tiene que ganar”, es decir, que no habrá una central como se había prometido para este 2017.

Para ocupar estos lugares ocupó a Roberto García Orozco, que indirectamente lo puso en el puesto que tiene ahorita, y a un viejo conocido del arbitraje mexicano que desapareció por su sobrepeso y que ahora no hace nada más que caminar en sus designaciones, o sea, Francisco Chacón; ambos son cabezas de la AMA.

Lo cierto es que desde su llegada a este cargo, se han pisoteado la mayoría de los reglamentos y el arbitraje mexicano no ha mejorado en nada con relación al torneo pasado, por lo que no queda nada, mas que decir que el proceso de Arturo Brizio ha sido un completo fracaso.

Los principales problemas radican en la falta de criterio, de preparación, consentimientos, nulo juicio, lejanía en las acciones, castigos mínimos, entre otros. Ejemplo claro de esto es lo que pasó el fin de semana en el Cruz Azul contra Santos cuando dos jugadores ofendieron al público y solamente uno de ellos fue castigado con un partido, pero no por las ofensas, y el otro salió limpio.

Vamos ahora al caso de la pantalla en el Estadio Jalisco, en lugar de estar a 20 metros por arriba como lo marca el reglamento, estaba a siete, se suspendió el partido y la flamante comisión de árbitros dijo que no aplicaba el castigo porque era de causa mayor. Lo cierto es que Atlas tenía que recibir una multa económica.

A esto se le suma lo de los uniformes de Lobos BUAP este fin de semana que retrasó 20 minutos el partido contra Veracruz, no se ha erradicado el grito de “puto” y los castigos nunca han llegado, los árbitros se inventan penales, faltas, amarillas y rojas y cuando de verdad se tiene que juzgar con alguna de ellas, aparece el “juegue, juegue”.

En pocas palabras, poner a Brizio no ha servido de nada, solamente para complacer a los delincuentes que están en la AMA y darles aún más poder, porque Arturo no se atreve a castigarlos como Codesal, cosa que a la larga le costó el puesto en la Comisión de Arbitraje.

Arturo Brizio, esta parte solamente es para ti: Tienes que darte cuenta de que no estás haciendo nada productivo para el arbitraje mexicano, no eres más que un títere, tus dirigidos dan pena y lograste que la poca credibilidad del arbitraje mexicano desapareciera.

Arturo Brizio Carter, si no puedes poner orden, vete.