Por: Erik Pérez/

En México los clavados son un deporte que trasciende a cualquier otra prueba, desde que Joaquín Capilla ganó el bronce en Londres 1948 los deportistas que están cerca de esta disciplina, se han enfocado en hacer crecer la competitividad en la misma, al grado de tenerlo como uno de los deportes en el que el país más sobresale.

La primera medalla fue la de Capilla en 1948 y fue de bronce en la plataforma de 10 metros, modalidad en la que México se ha destacado sobre las otras. Especialmente, en el caso del primer clavadista en destacar a nivel mundial. Su cosecha consistió en cuatro medallas olímpicas, dos de bronces, una de plata y su clímax deportivo en Melbourne 1956 con el oro en plataforma de 10 metros.

Esa presea áurea no se volvió a repetir, pero el deporte siguió consiguiendo resultados en la máxima justa deportiva. Todavía en el siglo pasado se ganaron cuatro preseas, dos bronces y dos platas. Juan botella ganó el tercer lugar en trampolín de 3 metros en 1960, mismo resultado tuvo Jesús Mena 20 años después en 10 metros; Álvaro Gaxiola y Carlos Girón fueron segundos en 1968 y 1980 respectivamente.

Ya en el nuevo siglo Fernando Platas quedó segundo lugar en el trampolín de 3 metros en Sidney 2000 y se ganó la primera medalla femenil en esta disciplina, cuando la dupla de Paola Espinoza y Tatiana Ortiz se llevó el bronce en sincronizados en Beijing 2008. Pero, el evento que mejor marcó la historia de este deporte fue la justa de Londres 2012, cuando Paola Espinoza guio a la delegación a la obtención de tres medallas. Ella ganó la plata con Alejandra Orozco, Laura Sánchez ganó bronce y los sincronizados varoniles vieron la plata con Germán Sánchez e Iván García.

El mismo Sánchez dio la única medalla para los clavados en la última justa desarrollada en Rio en el 2016. Este año en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018 México ya cosechó 8 preseas, con lo que tienen el primer lugar en el medallero de este deporte. Tres oros, dos platas y tres bronces son la suma hasta el momento.