Por: Redacción

Officium defunctorum es una obra coral con orquesta mediana sinfónica e influencias de la música sacra de la Edad media y del Renacimiento. Este es un proyecto del compositor Ángel Rolando Lerma Jiménez (Ciudad Obregón, Sonora, 3 de agosto, 1989) apoyado por el Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA) del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora (FECAS) 2015-2016.

Para la propuesta musical aceptada en la categoría de Jóvenes Creadores en la disciplina de música, el creativo egresado de la licenciatura en Composición del Conservatorio de Música de Chihuahua, empleará un texto en latín usado durante los siglos XIV, XV y XVI, y algunas melodías del Liber usualis, colección de cantos gregorianos que frecuentaban los compositores de la Edad media y del Renacimiento.

“La obra tendrá duración aproximada de 90 minutos, dividida en 17 cantos en latín. Estará enlazada con tendencias antiguas, en especial la perteneciente a la escuela hispana del siglo XVI”, indicó Ángel Rolando Lerma en entrevista.

El joven creador, quien actualmente realiza la especialización en ejecución de instrumentos históricos del Renacimiento y del Barroco, compartió que esta obra coral surgió por gusto personal hacia las músicas antiguas y fue durante la lectura de la novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco, que se le presentó la idea de crear algo nuevo con estética antigua, “quizá para descansar de las tendencias hegemónicas que hay en la música clásica moderna”.

Agregó que parte del trabajo realizado para la creación de la obra ha sido leer manuscritos antiguos de la música sacra y escuchar las interpretaciones realizadas por ensambles. “Me encantan las diferencias entre la música moderna y estos manuscritos, así como las distintas formas de interpretar un mismo repertorio.

“En el medioevo la música era menos rígida que hoy, los ritmos y duraciones pueden ser leídos pragmática o libremente, igual pueden ser con distintos tipos de cantantes; no es exclusivo el uso de cantantes con técnicas refinadas tipo conservatorio, estas ambigüedades fueron las causantes de que hoy esté componiendo esta obra”, aseguró.

El becario expuso que su trabajo Officium defunctorum lo realizará en dos etapas: Idealización y trabajo. “Me encuentro en la segunda fase, la cual está dedicada a la creación en sí. El proyecto no contempla la ejecución de la obra”, informó.

El nombre Officium defunctorum surge de la antigua forma musical que era usada en las exequias en occidente y América, fuertemente ligada a la religión católica. Es un eufemismo que se usaba para referirse a la muerte y a sus procesos sociales; la muerte es un tabú en muchas culturas, como la nuestra, apuntó Ángel Rolando Lerma.

La obra Officium defunctorum, que surge del latín officium que significa oficio, trabajo, deber, y de defunctorum, que se traduce en que ha cumplido o que ha terminado, también integrará un coro de cinco voces, esto por mero gusto estético. “No busco usar la obra con fines religiosos, a pesar de su composición sacra”, aseveró.

Ángel Rolando Lerma Jiménez ha asistido a talleres con Mario Lavista, Julio Estrada y Víctor Rasgado. Complementó sus estudios en guitarra clásica con Tawally Prado.

Fue acreedor al estímulo Jóvenes Creadores del Instituto Sonorense de la Cultura emisión 2010-2011 y se le concedió el estímulo David Alfaro Siqueiros del Instituto Chihuahuense de la Cultura 2012-2013. Sus creaciones han sido presentadas en Alemania, Colombia y México.