Por: Redacción/

La literatura de Iván Medina Castro es espejo del lado negro del ser humano debido a que visualiza la parte malvada o perversa, por lo que leerlo “cuesta trabajo, ya que nos enfrentamos a nosotros mismos al revisarnos y determinar hasta dónde podemos llegar”, apuntó el escritor y maestro Alejandro Anaya.

El autor de Más frío que la muerte –una edición de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) presentada en la 31 Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2017– es contundente, pues “aborda tópicos desde que la humanidad existe y sin usar lugares comunes, tocando vasos comunicantes como el miedo y la muerte”.

El libro incluye distopías y mantiene un telón de fondo histórico, que se difumina porque sobresalen los propios personajes y su humanidad y, a pesar de lo sórdido que puede llegar a ser, hay un dejo de esperanza en cada cuento.

Cada historia remite a otras lecturas, por ejemplo, una de ellas “me recordó de inmediato La cabaña del Tío Tom, pues en pleno siglo XXI nos seguimos topando con los mismos fenómenos, como puede ser la esclavitud”.

Más frío que la muerte es una publicación para formar conciencia de la naturaleza de la psique y crear ambientes a partir de comportamientos y situaciones, refirió Anaya.

El maestro Vladimiro Rivas Iturralde, académico de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, precisó que se trata de relatos elaborados a manera de sampler, una muestra de su poética sobresaliente por la profundidad, “con temas y variaciones cuyo eje es la crueldad”.

Los relatos están salpicados de sangre y de asesinos guiados por la violencia, pero sólo “los lectores podrán juzgar si se realizaron estéticamente”, opinó el docente del Departamento de Humanidades.

Uno de los textos cuenta la historia de un radical islámico que se sacrifica en nombre de Alá, provocando una explosión y “muestra los entretelones del backstage del atentado terrorista”.

El escritor Medina Castro recalcó que más que ficciones plasmó realidades, pues “hace menos de una semana en Egipto hubo un acto de terrorismo y es algo que continúa pasando prácticamente en todos lados, en España, Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, así que lo veo como una realidad alterna”.

Luego dio lectura a un fragmento del cuento El Coco, alusivo a los temores infantiles y que forma parte del texto. Allí, desata noches llenas de arlequines, payasos y sonidos de clósets en medio de la noche.