Por: César Hernández/

Ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo, Isabel Quiroz es una joven dramaturga veracruzana que a través de sus experiencias personales logró crear la obra “Valentino Clemens y los chicos perdidos de Wonder-Nada”, una obra que ahonda en la problemática de violencia, desapariciones forzadas y drogadicción que viven los jóvenes de su estado, pero que, bajo un cántico de esperanza, la amistad prevalece y resiste en los momentos más lamentables.

A través de una escenografía sencilla y diálogos que no se acoplan a lo políticamente correcto, Quiroz musicaliza la vida de Valentino Clemens, quien sumergido en la tristeza y con momentos breves de alegría, se mantiene al hilo de las incógnitas perpetuas de la vida, ¿qué somos? ¿a dónde vamos? ¿por qué estamos aquí? Más la carga de una ciudad que observa cómo mueren cada una de sus flores y las esperanzas que riegan a estas.

Apegada al estilo de la música de David Bowie-elemento gráfico que igualmente emplea para personificar a sus personajes-, Joy Division, Queen, The Bealtles e incluso la esencia acústica de Lou Reed, “Valentino Clemens y los chicos perdidos de Wonder-Nada” es retomar la esencia de lo que Irvine Welsh hizo con Trainspotting, pero con una demanda sanguinaria y pura de lo que sucede en la realidad nacional.

Tras el estreno de su obra en el Centro Cultural Helénico, platicamos con Isabel Quiroz sobre su obra y su futuro en las artes escénicas.
¿Cómo decides crear una obra en la cual plasmas un mensaje de consciencia social?

Pues esta obra surgió a partir de preocupaciones que, después de darme cuenta que no son sólo mías y que son una constante en mi entorno, concientizamos, hablábamos y llegamos a un punto en el que ya no hallábamos salida. Nos preguntábamos ¿para qué estamos haciendo esto si en cualquier momento vienen, nos levantan y adiós con nosotros? Pero a partir de eso, de las pláticas y estar concientizando del ¿Por qué? Decidí escribir el texto.

Igualmente, yo estaba en un punto en donde me sentía fracasada porque decía que quizá mi carrera nunca se iba a desarrollar en Veracruz y cuando hice el texto, pensé en montarlo con mis amigos, pero nunca lo acabé, un año más tarde vi la convocatoria y pues aquí estoy.

¿Qué crees que necesita el teatro para poder promover este tipo de textos hechos por jóvenes?

Yo creo que de entrada es aventarse a hacer los textos, es muy fácil esperar a que nos den una beca o algo así y no debemos de esperar nada, al final de cuentas, en uno hay una motivación interna que te hace querer hacer los textos. Yo comencé a escribir desde la escuela y montaba obras de cero pesos y las sacábamos adelante. Las ideas están ahí latiendo, todo está en aventarse y hacer las cosas.

¿Tienes en mente seguir escribiendo bajo este estilo de demanda y consciencia social?

He estado escribiendo, de hecho, hace una semana recibí una mención honorífica en el premio Manuel Herrera, en Querétaro, por el texto “Cherry Soul y la tragedia del Pink Flamingo” que también aborda esta preocupante, pero ya es a partir de una voz femenina en donde se pregunta ¿por qué estoy aquí? y ¿por qué no puedo avanzar?, que sí, con voz femenina, pero que va más allá de los sexos. Entonces también lleva una línea que se concentra en los jóvenes.

¿Se planea llevar la obra a otros estados del país?

Realmente eso aún no se sabe, aunque pues se han dado conferencias respecto a la temática de la obra algunos lugares de Guadalajara en donde tienen poco o nulo acceso al teatro, eso deberá decidirlo la compañía de teatro.