Por:Oswaldo Rojas

En su noveno año consecutivo la Escuela de Astronomía Observacional para Estudiantes Latinoamericanos (ESCOBELA) reúne a estudiantes de física, matemáticas e ingeniería de distintos países para ofrecer un curso de astronomía por parte del Instituto Nacional Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y el Instituto de Astronomía de la UNAM, en Tonantzintla, Puebla.

Durante el curso los estudiantes asisten a clases teóricas que se refuerzan con prácticas observacionales usando principalmente el telescopio de un metro del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) de Tonantzintla de la UNAM.

En esta edición 24 investigadores del INAOE, el Instituto de Astronomía de la UNAM, la Universidad de Guanajuato, el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad de Guadalajara ofrecerán cursos sobre astronomía de posición y tiempo, el Sol, clasificación espectral, fotometría, evolución estelar, instrumentación óptica y electrónica, material interestelar, la galaxia, sistemas extragalácticos, radioastronomía y astronomía no visible.

“Ésta es la novena edición de la Escuela Latinoamericana de Astronomía Observacional. Inicialmente, el objetivo era apoyar a jóvenes centroamericanos interesados en dedicarse profesionalmente a la astro física, esto porque en sus países se carece de una infraestructura y una tradición como las nuestras.

Tenemos que ubicarnos en el contexto del conocimiento astronómico en Centroamérica, donde no hay astrónomos profesionales pero hay muchas escuelas de Física y muchos estudiantes de Física con gran interés en la astronomía. Sin embargo, ahora tenemos gente de algunas partes de Sudamérica, así que este año tenemos doce estudiantes: dos peruanos, dos colombianos y el resto de Centroamérica”, explicó José Peña Saint-Martin, jefe del OAN y uno de los organizadores de la ESAOBELA.

Este año se rinde homenaje al Dr. Eugenio Mendoza Villarreal, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM ya retirado: “El Dr. Eugenio Mendoza desarrolló varios trabajos fundamentales para la astrofísica moderna desde hace mucho tiempo.

Eugenio Mendoza midió el exceso infrarrojo en un tipo de estrellas que se llaman T-Tauri, y eso era una prueba de que estas estrellas tenían envolventes, lo cual era una de las predicciones de la teoría de formación de las estrellas, y lo hizo en el Observatorio de San Pedro Mártir. Recuerdo que cuando yo estaba haciendo mi maestría me tocó revisar esos artículos. Tiene muchos otros trabajos, hizo muchas cosas en astronomía, por eso se le dedica este año la Escuela”.