Por: Araceli Isidro 

La 4° compañía se lleva el premio a la Mejor Película en la quincuagésima novena entrega de los Premios Ariel que se realizó en el palacio de Bellas Artes. El evento reconoce a los mejores trabajos cinematográficos realizados en el país.

Este año se contó con la participación de 131 largometrajes que concursaron en algunas de las 28 categorías. La 4° Compañía estaba postulada a 20 nominaciones, de las cuales obtuvo nueve entre ellos están Mejor Sonido, Efectos Especiales, Efectos Visuales y Mejor actor.

La película dirigida por Mitzi Vanessa Arreola y Amir Galván Cervera, habla sobre la corrupción en el sistema penitenciario y el equipo de fútbol americano que existió en el reclusorio de Santa Martha Acatitla.

Otras de las películas más mencionadas durante la noche fueron La Tempestad, Desierto, El sueño del Mara’akame, La Caridad y  Distancias Cortas. El documental Bellas de Noche de María José Cuevas fue otro de los nominados en distintas categorías, pero no obtuvo galardón alguno.

Este año el presupuesto para la ceremonia 59° de los Premios Ariel fue de e 3 millones de pesos, diferente a la anterior cuando le fue destinado un total de 10 millones de pesos. El recorte presupuestal no quedó excluido entre las numerosas peticiones y reclamos que actores y estudiantes realizaron durante la noche.

Peticiones y reclamos

Durante la ceremonia de los Premios Ariel los actores y actrices realizaron comentarios en torno a la situación actual que se vive en México, en cuanto a la corrupción y a los gobernantes, además de pedir que se tome en cuenta a la industria cinematográfica nacional en las políticas públicas.

La presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), Dolores Heredia, hizo un llamado al presidente enrique Peña Nieto y a los representantes de las dependencias federales para “establecer una mesa de dialogo con la comunidad cinematográfica y crear de manera conjunta una agenda de trabajo en defensa de nuestro cine, de la diversidad cultural y del derecho a la cultura para todos los mexicanos”.

La también actriz dijo que la educación y la cultura son herramientas estratégicas para convertir una nación libre de corrupción y de impunidad, que sirven para construir un futuro mejor en donde entren todos, “que viva el cine mexicano”, concluyó.

José Carlos Ruíz, con 60 años de carrera artística, dentro de su discurso por el premio a Mejor Actor, dijo “así como si no pagamos los impuestos nos vamos a la cárcel, exijamos que si esta ceremonia llega a desaparecer sobre sus tumbas les pediré que me ayuden a orinar”.

Otro que habló fue Adrián Ladrón, quien también fue galardonado con el premio al Mejor Actor por su actuación en la película La 4° compañía. “Faltó muy poco para que esta ceremonia desapareciera, no falta tanto para que desaparezca el derecho a pisar el suelo a beber el agua a respirar el aire, si no hacemos algo al respecto”.

En cuanto al tema de la película por la que obtuvo el premio y la situación actual comentó, que ese fue el momento en el que el gobierno se unió con el crimen organizado y a partir de entonces la corrupción se ha normalizado:

“La cárcel es un gran negocio, así como la guerra y la pobreza, todos en este país sabemos la cantidad de delitos y abusos que vivimos a diario, pero lo que no alcanzamos a entender es que estas cosas ocurren solo porque nosotros las permitimos, denunciemos la corrupción y el abuso en cada una de sus formas, pero primero seamos capaces de observar la corrupción que hay en cada uno de nosotros, hasta que no seamos capaces de cambiar como individuos, no podremos aspirar en vivir en un país mejor”.

“Andamos mal y vamos pa´ pior”, así inició la participación de la actriz Isela Vega, quien se llevó el Ariel de Oro por su trayectoria artística. La actriz habló sobre la inseguridad que se vive en país y sobre los gobernantes que “siguen siendo los mismos. En el Estado de México primero el abuelo, luego el padre y ahora el hijo”, añadió.

Las estudiantes y egresadas que hablaron en el enveto hicieron un llamado al gobierno para reafirmar las políticas públicas para la producción de cine ante el Tratado de Libre Comercio (TLC), así como la petición de no al recorte presupuestal que vive la AMACC.