Por: Melisa Carrillo Rojas

Un día como hoy, pero de 1920, nació en el pueblo de Petróvichi, de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, uno de los autores más reconocidos y queridos de la ciencia ficción, Isaac Asimov.

Las razones que hicieron de este hombre uno de los autores más entrañables del género son diversas. Podemos hablar por un lado de su preparación científica, que lo separa dramáticamente de autores actuales.

Asimov estudió bioquímica en la Universidad de Columbia, y obtuvo un posgrado en química. Su vasta producción de obras de difusión científica, dan testimonio del cariño que tenía por la ciencia y el conocimiento.

Historia, biología, física, astronomía… los temas abarcados por Isaac son inmensos, ya sea sobre las primeras civilizaciones humanas o el futuro del planeta y la humanidad, Asimov acerca el conocimiento a todo aquello que hojee las páginas de sus libros. Su lenguaje es sumamente claro, y gracias a ello, su lectura es completamente amena, entretenida, y a momentos cómica.

A pesar de la extensa incursión que Asimov tuvo en diversos temas, sus obras más importantes pertenecen al género de la ciencia ficción, títulos como Yo Robot y La Trilogía de la Fundación, lo catapultaron como uno de los mejores escritores del género.

El terreno de la ciencia ficción no está basado en infinitos supuestos y especulaciones maravillosas. La obra de Asimov, así como la de los maestros del género, está fundamentada en bases científicas reales.

A pesar de lo que cree el grueso de la población, el aspecto más destacable de la ciencia ficción, no son los potentes avances tecnológicos, las historias interplanetarias o un futuro en el que la humanidad ha alcanzado el perverso deseo de expandirse a través del universo. Su corazón y aspecto más valioso, es la reflexión y crítica que hace a la humanidad.

A través de escenarios espaciales, viajes intergalácticos y misterios científicos, Asimov reflexiona sobre los caminos que la humanidad podría tomar con respecto a temas como la política, la ética, el derecho y las relaciones interpersonales.

¿Qué haremos si llegamos a conquistar otros planetas, si hemos consumido y destruido los recursos que poseemos? ¿Los robots tienen sentimientos? ¿Qué clase de cosas nos dirían? ¿Cómo reaccionarían ante la actitud mezquina  e incluso cruel que ha caracterizado a nuestra especie? Son algunas de las cuestiones que el autor se plantea en sus obras.

La literatura de Asimov, nos empuja a una reflexión que todos deberíamos hacernos en algún momento: Antes de traspasar la distancia que el universo y la tecnología representan, debemos voltear a vernos de una forma crítica y consciente. Los deseos de conquista y poder nos han llevado muy lejos, y nos hemos olvidado la importancia de dominarnos a nosotros mismos.

El mensaje que Asimov plasmó en su obra, permanece hasta la fecha en librerías y bibliotecas de todas partes del mundo, a la espera de que, algún día, la humanidad tenga la valentía de auto examinarse, para así reparar los daños antes de que sea demasiado tarde.