Por: Melisa Carrillo

Un 6 de marzo pero de hace 90 años, nació el escritor latinoamericano Gabriel García Márquez, en Aracataca, Colombia.

Gabo, como es conocido actualmente, formó parte del llamado Boom latinoamericano, un movimiento literario que surgió entre los años 60s y 70s caracterizado por romper los convencionalismos establecidos hasta el momento por medio de una marcada postura política y del llamado realismo mágico.

Las raíces de la obra de Gabo se pueden rastrear desde su infancia, ya que la mayor parte de su obra contiene un alto contenido autobiográfico. Sus abuelos maternos el coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía y Tranquilina Iguarán Cotes con los que vivió sus primeros años en su pueblo natal, tuvieron un papel fundamental en sus obras.

Del coronel, García Márquez adquirió su primer contacto con la historia y la realidad, mientras que de la abuela “Mina”, Gabo obtuvo su primer acercamiento literario, y un estilo marcado por la forma en la que la abuela contaba historias supersticiosas sobre fantasmas y otros elementos fantásticos, como si fueran algo completamente natural.

Este hecho es evidente en su obra más importante “Cien años de soledad”, donde utiliza como escenario la casa en la que vivió buena parte de su niñez en Aracata, y el personaje de Ursula Guarán, inspirado en su abuela.

Durante su juventud Gabo publicó sus primeros escritos en la revista “Juventud” del colegio de San José, y descubrió su pasión por las letras en el Liceo de Varones de Zipaquirá. Desde entonces tomaría influencias de escritores consagrados y obras literarias conocidas, como es el caso de la traducción que realizó Borges de “La metamorfosis” de Kafka, que lo inspiró a escribir sus primeros cuentos “La tercera resignación” y “Eva está dentro su gato”. Estos textos fueron publicados en 1947 en el diario “El Espectador”.

En 1948, la situación política de su país le da un giro a su vida. Tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, Gabo abandona la escuela de derecho y consigue trabajo como periodista en el periódico “El Universal”. Desde entonces se metería de lleno en el periodismo y en la política de su país, laborando como columnista y reportero en “El Heraldo” y “El espectador”.

El contacto que Gabo mantuvo con las situaciones políticas que azotaban su país y al mundo, como la Masacre de las bananeras (que escuchó de la boca de su abuelo), el llamado “Bogotazo”, la masacre estudiantil que realizó el dictador colombiano Rojas Pinilla en 1954, y el triunfo de la revolución cubana el primero de enero de 1959, influyeron profundamente el contenido de sus obras.

A partir del triunfo de la revolución cubana, la participación política del colombiano se acrecentó notablemente, ya que se dedicó a escribir sobre el movimiento cubano, y la dictadura de Franco en España, mientras trabajaba como corresponsal latino en los Estados Unidos en 1961.

Debido a la fuerte lucha contra el castrismo dentro del país norteamericano, Gabo se trasladó a la Ciudad de México, donde residiría la mayor parte su vida.

El trabajo de García Márquez no se limitó a la literatura y el periodismo, después de haber estudiado cine en Roma durante los años cincuenta, Gabo se infiltró en el mundo del cine, participando en la creación de guiones para las películas mexicanas “El gallo de oro” (1964) de Roberto Gavaldón, “Tiempo de morir” (1967) de Arturo Ripstein, entre otras más.

En 1967 Gabo alcanza el éxito internacional tras la publicación de “Cien años de soledad” y traba amistades entrañables con  personalidades como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Julio Cortázar.

En el periodismo colombiano la figura de Gabo es trascendental, en 1974 fundó la revista “Alternativa”, donde publicó temas populares como las luchas sindicales y la pobreza, que la prensa oficialista de ese entonces no tomaba en cuenta, y en 1994 creó la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) con su hermano Jaime García Márquez para que los nuevos jóvenes periodistas pudieran aprender de maestros consagrados en la materia y estimular nuevas formas de hacer periodismo.

Al día de hoy la FNPI está considerada como una de las organizaciones más importantes sobre periodismo en América Latina.

En 1999 la luz de Márquez comienza a extinguirse, después de que fuera diagnosticado con cáncer linfático. En abril de 2014 fue internado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición en la Ciudad de México, y falleció el 17 de abril de ese año, después de que el cáncer afectara uno de sus pulmones, el hígado y los ganglios.

El vestigio que Gabo le dejó al mundo en obras como “El coronel no tiene quien le escriba”, “El otoño del patriarca”, “El amor en los tiempos de cólera” y “Memoria de mis putas tristes” reflejan parte de la historia de Colombia y del mundo. Esto aunado a su participación política y periodística, lo han posicionado como una de las figuras más importantes de América Latina, y uno de los escritores más conocidos en Latinoamérica y el mundo.