Por: Redacción

La historia de la nota roja en México, narrada a través de atentados, asesinatos, accidentes y asesinos seriales, que captaron la atención de la sociedad en diversas épocas, está reunida en la exposición Una crónica de la nota roja en México: De Posada a Metinides y del Tigre de Santa Julia al crimen organizado, que ofrecerá el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis hasta el 11 de septiembre.

“En la Colección de Monsiváis hallamos un número importante de fotografías de Enrique Metinides. A raíz de estas fotografías de época y aunadas al hecho de que nos hemos convertido en un país de nota roja, se me hizo impostergable una exposición sobre la crónica de la nota roja en México”, explicó en conferencia de prensa Rafael Barajas “El Fisgón”, curador de la muestra.

En la terraza del recinto, el caricaturista explicó que la curaduría de esta exhibición, integrada por 360 piezas, entre litografías, maquetas, documentos históricos, collages, caricaturas y fotografías, está basada en los pensamientos que Carlos Monsiváis plasmó en su libro “Los mil y un velorios. Crónica de la nota roja en México” (1994), donde el autor subrayó que “la vida de la nota roja corre de forma paralela a la historia de la nación”.

Destacó que la muestra, por inaugurarse este jueves 6 de abril a las 19:30 horas, es un homenaje que Carlos Monsiváis hace a Metinides, “uno de los profesionales del fotoperiodismo policiaco más importante a nivel mundial, admirado por Carlos”, con la finalidad de reiterar la importancia de este género periodístico y su “estética de la tragedia”.

“Carlos tenía un gusto literario por algunos de los periodistas que hacían nota roja, como Manuel Buendía. Él entendía que aún en este género —que es tan difícil y tan duro y se presta a tantas desviaciones y malas interpretaciones—, había un contenido estético importante que se encontraba dentro de la tragedia”, compartió el curador.

Acompañado de Beatriz Sánchez Monsiváis, Secretaria de la Asociación Cultural El Estanquillo; Henoc de Santiago, director del museo, y Pedro Barrios, coleccionista que comparte algunas piezas en esta muestra, el reconocido fotógrafo Enrique Metinides compartió su incursión a este género periodístico.

“Yo empecé a tomar fotos de esto desde los nueve años, a esa edad ya le tomaba fotos a los prisioneros en Lecumberri; comencé trabajando lo que algunos llaman nota roja, pero antes era nota policiaca. Muchas de mis fotos son accidentes sobre todo aéreos, de trenes y autobuses, crímenes como los de ahora me tocaron muy pocos, lo que sí había era mucho crimen pasional”, recordó Metinides.

Resaltó que, a diferencia de la actualidad, la prensa y las autoridades tenían una colaboración más cercana, donde los periodistas eran apoyados por los elementos policiacos para registrar el crimen, “cuando ahora lo que hacen es restringir el paso; de hecho, se seguía un caso hasta que se cerraba y varios se resolvían con ayuda de los periodistas”.

Durante la imprenta en blanco y negro, recordó Metinides, se retocaba la fotografía para que no se viera la sangre, ya durante la impresión a color tenía prohibido retratar sangre, así que conseguía los retratos de las víctimas en vida, las fachadas de sus casas, los peritos trabajando o las armas.

De las 10 secciones en las que está compuesta la muestra, una está dedicada de manera especial al fotógrafo policiaco, donde el público podrá observar tres fotografías del mismo Metinides: una acompañado de Carlos Monsiváis, otra en la que huye de un incendio y la última en la que se ve cargando un herido: “A veces no podía tomar la foto porque me ponía a atenderlos, incluso hasta tomé un curso de primeros auxilios”.

Beatriz Monsiváis agradeció al recinto y su director por mantener el interés del público en la colección de Carlos Monsiváis: “Gracias al Estanquillo que ha hecho posible se sigan difundiendo las colecciones de Carlos y también muchas gracias a Rafael (Barajas) porque sin él no podríamos saber la multitud de temas y de ideas que tenía Carlos sobre sus colecciones”.

En la Sala 3 del recinto, el público podrá acercarse a los inicios de la nota roja desde el siglo XVIII hasta la actualidad, a través de narraciones de ejecuciones en el México prehispánico relatados en El libro rojo de Manuel Payno y Vicente Riva Palacio, el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo y de criminales como “El Tigre de Santa Julia”, así como del primer asesino serial conocido como “El Chalequero”.

En la muestra destacan imágenes sobre los atentados contra los presidentes Álvaro Obregón, Pascual Ortiz Rubio y Manuel Ávila Camacho, además del asesinato del líder soviético León Trotsky. El público también se acerará a los casos de la autoviuda María Teresa Landa y otros crímenes pasionales, y en las dos últimas secciones la muestra revisa los casos de asesinos seriales como Gregorio Goyo Cárdenas, Higinio Sobera y José Ortiz Muñoz “El Sapo”, así como los asesinatos marcados por el narcotráfico.

Una crónica de la nota roja en México: De Posada a Metinides y del Tigre de Santa Julia al crimen organizado, que ofrecerá el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis (Isabel La Católica 26, casi esquina con Madero, Centro Histórico), podrá ser visitada hasta el 11 de septiembre de 2017.