Por: César Hernández/

A 43 años de haber logrado el “10 perfecto” en su rutina durante los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 y revelarse como una auténtica prodigio de la gimnasia con tan sólo 14 años, la rumana nacionalizada estadounidense Nadia Comaneci trascendió en la historia de los juegos olímpicos, pues su gran disciplina y talento han inspirado a muchos acróbatas de la gimnasia, el atletismo y otros deportes a continuar esforzándose para lograr sus sueños.

Con rutinas espléndidas que llamaron la atención de jueces y espectadores, la gimnasta obtuvo siete máximas puntuaciones (10) y las medallas de oro en las disciplinas de paralelas asimétricas y de barra de equilibrio, así como en la general individual. Sus vuelos la convirtieron en una popular figura del deporte y, con esto, también se popularizó la obra “Tema de Nadia” que, se supone, fue un tema especialmente dedicado y escrito para la campeona.

Sin embargo, esa composición a piano y con arreglos de cuerdas que han ambientado algunas películas en donde los protagonistas se sumergen en una tristeza profunda o una alegría melancólica, no estuvo dedicada para Nadia Comaneci, y ni siquiera lo utilizó durante sus rutinas.

Cotton´s Dreams es el título original de la obra y es autoría de los compositores de bandas sonoras y arreglistas Barry De Vorzon y Perry Botkin Jr, quienes utilizaron el tema por primera vez en 1971 para musicalizar la película teatral “Bless the Beasts & Children” de Stanley Kramer. Dos años más tarde, Botkin recompuso la obra y tras varios arreglos impregnó en ella una esencia profundamente melancólica que más tarde musicalizaría la telenovela “The Young and the Restless”.

Para las olimpiadas de 1976, Nadia Comaneci realizó su rutina con los temas “Yes Sir, That’s My Baby” (1925), una orquestación de swing-bebop de los músicos Walter Donaldson y Gus Kahn, y “Jump in the Line” de Lord Kitchener, que consiste en una obra con ritmos de calipso (mezcla de diversos ritmos afrocaribeños.

Bajo la euforia y el entusiasmo de los espectadores por haber pasado a la historia como la mejor gimnasta de todos los tiempos, las portadas de todos los medios tenían los ojos en Comaneci y siempre era acompañado con el adjetivo “perfección”. Con este momento, la American Broadcasting Company (ABC) en su red de televisión dedicada a deportes, realizó en su programa Wide World of Sports un resumen de las rutinas de acróbata, con el tema de Vorzon y Botkin de fondo, quien le daba un toque nostálgico en el que las barreras de lo imposible no existían.

Fue así, que de forma mediática y después de realizar algunas repeticiones en diversos países, la obra de piano y cuerdas comenzó a titularse “Tema de Nadia” y así, después de más de cuatro décadas, al escucharse en películas, series, telenovelas o en el radio de manera accidentada, se sigue relacionando con ese gran momento histórico del deporte, titulado el “10 perfecto”.

Y aunque a los verdaderos autores de la obra no se les han dado los créditos suficientes, indudablemente han dejado en la historia, aunque de manera accidentada, una composición que por sus sonidos y arreglos, inspiran a crear y romper nuestras barreras mentales.