Por: Redacción/

Con la asistencia de casi un millar de personas, la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM) cerró su 27 gira nacional con un concierto “inmersivo” este lunes 6 de agosto en la Biblioteca Vasconcelos, en Buenavista.

Con curiosidad y sorpresa, algunos usuarios dejaron sus libros o suspendieron sus consultas bibliotecarias para escuchar a los 123 niñas y niños de entre 10 y 17 años provenientes de diversos puntos del país, 60 por ciento de los cuales vivieron su primera experiencia con la orquesta.

En esta ocasión bajo el formato denominado Vive la música, 220 de los asistentes tuvieron la oportunidad de sentarse entre los integrantes de la agrupación para experimentar de manera directa cómo se generan los sonidos.

Debajo del esqueleto de una ballena gris, obra del artista Gabriel Orozco,
con una distribución circular de las diferentes secciones de instrumentos y el director Eduardo García Barrios ubicado al centro, la presentación inició con la obertura de la ópera La urraca ladrona, de Gioachino Rossini.

El programa continuó con el Vals de Dimitri Shostakovich, Janitzio, de Silvestre Revueltas; Tierra de temporal, de José Pablo Moncayo (dirigida por el maestro Roberto Rentería); Los trabajadores agrícolas y Malambo de la Suite del ballet Estancia, de Alberto Ginastera; y el Danzón 2, de Arturo Márquez, quien se encontraba presente entre el público.

“La OSIM es un proyecto que tiene que seguir porque es lo mejor que le puede pasar a los niños y los jóvenes. Estar en la música es estar lleno de vida”, dijo a la Secretaría de Cultura el compositor originario de Álamos, Sonora.

Arturo Márquez consideró que la música tiene diversas maneras de cambiar la vida de las nuevas generaciones: “Transforma el alma. Involucra disciplina, corazón, expresión y cuando crecen por medio del arte, de verdad que el mundo se transforma”.

El solemne silencio de la Biblioteca Vasconcelos derivó en una atmósfera festiva en la que los niños músicos mostraron su fuerza, talento y frescura, a través de interpretaciones con alta calidad técnica.

Eduardo García Barrios, titular asimismo del Sistema Nacional de Fomento Musical, agradeció a todo el equipo de la OSIM entre técnicos, profesores y tutores, así como a la Secretaría de Cultura por continuar impulsando el proyecto.

Fuera del programa, la OSIM ofreció dos encores: la polka Rayos y truenos, de Johann Strauss y un popurrí con mambos de Dámaso Pérez Prado, tocados con coreografías incluidas en las que los intérpretes movían sus instrumentos de un lado al otro o sacudían los pies de forma contagiosa.

Familias y adultos mayores ovacionaron cada una de las piezas, mientras algunos jóvenes aprovechaban para grabar o tomar fotografías con sus celulares de tan sui generis presentación.

“He tenido la oportunidad de ir a conciertos porque me gusta la música clásica y me emociona escucharla. Yo soy fan del Danzón no. 2, incluso la bailé en mi fiesta de 15 años y soy una gran admiradora del maestro Márquez”, comentó una de las asistentes, Linda Naranjo, de 21 años.

Para preparar el programa musical que interpretó la OSIM en los tres conciertos que conformaron el 27 tour nacional, los pequeños trabajaron de forma intensiva durante 14 días en un campamento de verano en Amealco, Querétaro.

La primera de las presentaciones tuvo lugar el sábado 4 de agosto, en el Teatro Ocampo, en Morelos y la segunda, efectuada día siguiente en el Palacio de Bellas Artes, contó con la asistencia de la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda.