• La Galería del Sur de la Unidad Xochimilco presenta una exposición para celebrar 50 años de creación de la artista.

Por: Redacción/

Como volviendo al génesis, Adele H. Goldschmied toma la tierra como materia de creación, transformando la roca sedimentaria descompuesta en piezas figurativas que evocan cuerpos, rostros, extremidades y figuras humanas.

La comunidad de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) podrá disfrutar de las obras de la creadora estadounidense, quien desde hace más de tres décadas reside en México, en la exposición 50 años de descubrimiento. Dándole una voz creativa al barro, que se presenta en la Galería del Sur de la Unidad Xochimilco.

En la sala ubicada en el tercer piso del Edificio Central, están dispuestas poco más de diez piezas que dejan ver la forma e inventiva de la artista visual nacida en la ciudad de Cincinnati, Estados Unidos, quien con su obra reconcilia dos o más geografías.

La hacedora de cuerpos retoma también el raku, una técnica tradicional oriental de elaboración de cerámica utilitaria relacionada con la ceremonia del té, con obras que se distinguen por sus distintas tonalidades de óxidos y un craquelado oscuro causado por el choque térmico, refiere Andrea Cabello, coordinadora de la Bienal de Cerámica Utilitaria Contemporánea.

Cabello describe a la autora como una talentosa artista visual, que utiliza el lenguaje del barro como medio de expresión artística para explorar las formas del cuerpo humano, pues de manera recurrente trabaja los rostros, las manos y los torsos.

“En sus esculturas se encuentra la fuerza de su obra expresada a través de placas construidas con la técnica ancestral japonesa raku, que supone una gran disciplina, conocimiento y dominio del oficio para la ejecución de piezas como las que hoy podemos disfrutar”, añade en la hoja de bienvenida.

Sus creaciones están estrechamente relacionadas con figuras primarias, líneas y cortes, que pueden ser vistos de manera frontal, de picada y lateral; ejemplo de ello es Encuentro de sabios, escultura en pequeño formato con la que abre la muestra.

En esta pieza la artista presenta quince efigies humanas sobre una base de madera y grava de obsidiana, base de diminutas piedras brillantes que sirve en la ingeniería y creación del escenario, el cual alberga un objeto escultórico que simula volúmenes.

Atrapado en la línea de fuego es un mural con 15 placas de cerámica dispuestas en tres trazos, figuras que evocan la alfarería y el barro vidriado, tan característico de la región de Santa María Atzompa, Oaxaca.

También destaca la obra Estamos en esto juntos, figura de ocho perfiles de cerámica sobre una base de madera, los cuales penden de hilos y toman distintas direcciones.

Este recorrido resume cinco décadas de creación y permite a los visitantes conocer parte de la búsqueda de Goldschmied y con la muestra se celebran más de 50 años de trayectoria de una artista que con la introducción de la cerámica en el arte contemporáneo, ha dejado huella en México.

Adele H. Goldschmied nació en Estados Unidos y estudió la Licenciatura en Bellas Artes y Ciencias de la Educación en la Universidad de Cincinnati, en el estado de Ohio. Su trabajo se ha mostrado en exposiciones individuales y colectivas, compartiendo espacio con Vicente Rojo, Ruth Beltrán, Gabriel Macotela y Mariana Velázquez, entre otros.