Autor: Arnulfo Roque Huerta

Esta semana un grupo integrado por chicas y chicos de preparatoria emprendieron un proyecto genial, el cual considero que todos los colegios debieran dar seguimiento e importancia, pues es esencial para mejorar el lenguaje, la escritura y la cultura. Dicho proyecto está enfocado a promover la lectura entre alumnos de secundaria y preparatoria esperando hacer conciencia de lo interesante y gratificante que es sumergirse en el mundo de la imaginación y la creatividad.

En nuestro país los niveles de lectura no son los óptimos, pues según el INEGI hasta los primeros 20 días del mes de febrero del 2016 se leían en nuestro país solo 3.8 libros al año y eso gracias a personas que han hecho de la lectura un hábito pues muchos mexicanos leen por obligación y muchos otros no toman un libro ni por casualidad y esto debemos agradecerlo a los traumas que en muchas ocasiones han causado ciertos profesores en su elección de lecturas para los jóvenes.

Mi primer acercamiento a la lectura fue con un cierto libro de cuyo nombre no quiero acordarme, pues era en verdad aburrido y me dejaron realizar una reseña sin haberme enseñado a realizar una, me hicieron una serie de preguntas tan aburridas como el mismo libro, su lectura nos llevó casi todo el ciclo escolar así que cuando lo terminamos concluí que no volvería a leer jamás en la vida. Claro que más tarde comprendí que mi concepto de lectura no podía basarse en una sola experiencia y tiempo después me tope casi por casualidad con Frankenstein de Mary Shelley.

En realidad no es que a los jóvenes no les guste la lectura, sino que no encuentran el género que los cautive, un libro que les sorprenda o alguien que los guíe en esta labor la cual no es tan sencilla, pues para poder exigir la práctica de la lectura primero hay que saber leer, es decir: comprender, analizar y descubrir el libro, pues saber leer va más allá de descifrar la unión de las letras o concluir un libro, la lectura tiene que producir algo en nosotros.

La lectura permite que un individuo pueda expresarse de manera más adecuada, así como argumentar de manera acertada; créanme que en estos tiempos esto es muy importante pues a veces es muy triste ver las protestas de los muchachos que aunque son válidas carecen de sustento y fundamentos, que aunque surgen de grandes ideas carecen de observación y análisis, por ello algunos chicos siguen a líderes incorrectos cuando ellos mismos quizá pudieran ser mejores.

La lectura ayuda a obtener cultura general, del mismo modo a ampliar el vocabulario que buena falta le hace a muchos, pues aunque no es incorrecto convivir con los amigos y usar un lenguaje coloquial también deben aprender a dirigirse correctamente con cualquier persona y en cualquier lugar, pues muchas buenas oportunidades se logran aprovechar cuando se sabe responder siendo seguro y correcto.

La lectura vence sin problemas al aburrimiento y al ocio, siendo este último el causante de muchos males actuales; cuando un chico emprende una lectura pronto se involucrará con los personajes, el argumento y el ambiente que genera por lo cual su mente no se ocupará en otros pensamientos poco sanos o provechosos. La lectura provee constancia y perseverancia al joven, pues al encontrar una buena historia no podrá parar hasta concluirla y al hacerlo habrá interés por comenzar una nueva.

También está comprobado que leer evita el estrés, la depresión y muy importante disminuye la posibilidad de padecer Alzheimer pues estimula al cerebro, de igual forma permite dormir mejor y al dormir se consigue descansar, lo que a su vez genera personas más felices y preparadas para enfrentar el día a día y sus vicisitudes. Del conocimiento ni hablar pues es obvio que es más sencillo adquirirlo cuando se lee.

Podría seguir enlistando un sin fin de beneficios que acarrea el buen hábito de la lectura pero tal vez no terminaría pronto por lo cual englobaré todo en una genial frase de Miguel de Cervantes: “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. Con esto invito a mis alumnos, ex alumnos, padres de familia y a todo el que sigue esta columna, a leer y a difundir lo importante, enriquecedor e interesante que es el mundo de las letras.