Autor: Arnulfo Roque Huerta

Existen historias que parecen ser sacadas de telenovelas mexicanas porque en ocasiones la intensidad y pasión en éstas superan a cualquier tipo de melodrama. Ésta es una de esas historias que sin problemas podría ser aceptada en cualquier televisora como un culebrón de aquellos que llevan al inicio la siguiente leyenda: “Esta historia está basada en hechos reales, se omiten los nombres verdaderos para proteger la identidad de los protagonistas”.

Alexa terminó su ingeniería con la esperanza de todo mexicano, encontrar un buen empleo con un excelente sueldo que le diera la oportunidad de triunfar en la vida y que el esfuerzo de tantos años estudiando diera buenos dividendos, pero igual que muchos mexicanos se encontró con un sinfín de trabas siendo la principal de éstas la falta de oportunidades. Claro que esto no la detendría y pronto se enteró de una vacante como profesora en una universidad; la idea de dar clases no la entusiasma mucho pero impulsada por familiares y amigos decidió pedir el empleo el cual obtuvo sin mayor problema.

Lo que ella pensó que sería muy complicado, aburrido o hasta estresante se convirtió en su vida, en su pasión. La realidad es que ya traía la docencia en su sangre y no lo sabía hasta que el destino la puso donde debía estar. Pues bien, al adaptarse tan rápido a su empleo pronto se convirtió en la profesora más popular y querida de la universidad, pues al ser muy joven se identificaba de buena manera con el alumnado, los cuales la adoptaron como amiga más que como profesora; esto a ella no le incomodó y permitió que así se dieran las cosas.

Al sentirse incluida con los alumnos se permitió salir con ellos de vez en cuando, pasando lindas tardes o hasta fines de semana al lado de sus pupilos; se adhirió tan bien a los muchachos que quien la hubiese visto con el grupo de jóvenes nunca hubiera imaginado que era su profesora pues no se notaba diferencia algunos entre ellos y como en toda amistad grupal surgió aquel con el que se pudo sentir mayormente identificada. Juan era un chico honesto, amable, en extremo caballeroso, la escuchaba atentamente, era empático y le mostraba mucho apoyo en cualquier situación.

Alexa tenía un novio con el que llevaba cinco años de relación, misma que desde meses atrás estaba completamente fracturada; aunque ella había intentado salvarla por todos los medios al parecer a él ya no le interesaba mucho, por eso al llegar Juan a su vida pudo encontrar la comprensión y cariño que tanta falta le hacían, con el inconveniente de que éste era su alumno. Ella lo sabía muy bien así que resistió lo más que pudo pero al final sucumbió ante la insistencia y el encanto del joven.

El noviazgo llegó sin hacerse esperar y aunque en la escuela trataban de ocultarlo, como todo buen chisme se esparció de inmediato; las autoridades escolares se comportaron tibiamente y el castigo fue solo una amonestación para Alexa, le pidieron que dejara al muchacho y le bajaron la carga horaria, claro está que ella hizo caso omiso aclarando que no lo dejaría aunque con ello perdiera su empleo. Por alguna razón no perdió el empleo y el noviazgo continuo y vivieron felices para…

…No, de hecho no vivieron felices para siempre pues pronto Juan se vio atraído por una de sus compañeras, con lo que se le acabó el encanto por Alexa su maestra y así como comenzó la historia, se terminó. Para el muchacho fue una simple relación fallida pero para la maestra fue devastador; sufrió cual quinceañera llorándole bastante y es que le era en verdad complicado superarlo pues diariamente tenía que verlo o mejor dicho verlos, ya que ambos (Juan y su nueva novia) eran sus alumnos. Sin duda no podía verlos como alumnos solamente lo cual era realmente extraño, pues aunque ahora fueran su ex novio y la rival de amores, primero que nada eran sus alumnos.

Hoy día es necesario recordar que existe la Deontología de la cual muchos profesionistas desconocen su significado y por tanto no lo ponen en práctica. Éste término tiene su origen griego en las palabras “to deon” (lo conveniente, lo debido) y “logía” (conocimiento, estudio), dando como significado final: “El estudio de lo debido”. En realidad la Deontología hace referencia a los principios y reglas éticas que regulan y guían la actividad profesional, hace hincapié en lo que es debido o no en la práctica de una actividad profesional.

La historia de Alexa no es un caso aislado pues he escuchado de otros similares. No sé hasta donde pueda ser criticable esta situación, lo que sí creo es que el docente pierde la brújula cuando lleva más allá la relación alumno-profesor, esto por las diferencias que existen entre uno y otro. Primero está la edad que por más joven que sea el docente cuando menos es de 5 años la diferencia con el alumno; después la madurez, pues en teoría el profesor está obligado a serlo por mucho más que su pupilo y otro factor muy importante: el compromiso social y moral que se deben tener como obligación en tan relevante profesión.

El alumno puede confundir la admiración hacia su profesor y sentirse atraído por éste, pero el docente debe mantener la admiración sin hacer mutua la atracción; el alumno puede equivocar sus sentimientos y hacerlos notorios sin ningún compromiso, el docente debe hacer notar que antes de cualquier sentimiento está su compromiso; el alumno puede ser irreverente y atrevido, el profesor tiene que ser centrado y distinguido; el alumno tiene edad para fantasear, el profesor está obligado a no salirse de su realidad y actuar conforme a su edad; el alumno juega con fuego sin miedo a quemarse, el profesor siempre se quema si le pierde el miedo a las llamas.

La Deontología dicta que se haga lo que conviene y lo que conviene es que cada individuo realice la actividad que le corresponde sin salirse de los límites y de las reglas establecidas según su profesión o actividad que desempeñe.