Por: Redacción

Rocío Miranda Pérez, Presidenta de Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina, hizo un llamado, ante la cercanía de la definición de revisar o anular el Tratado de Libre Comercio con Norteamérica y debido a la realidad de las deportaciones de connacionales, a crear un Frente Unitario de Organizaciones Campesinas en contra del “árbol maldito que ha sido el TLCAN”, para defender la mano de obra calificada que representan los connacionales y para trabajar en un verdadero Sistema Alimentario Nacional.

Precisó que por ver el árbol maldito del TLCAN “no vemos el bosque inhóspito que han significado las reformas estructurales del neoliberalismo que provocaron el fin a la economía mixta”.

En entrevista, dijo que es momento de dejarle de hacer la “chambita al Gobierno Federal al favorecerlo con su comercialización de granos que nos impone dando grandes subsidios a las comercializadoras en vez de hacer producir la tierra de los pequeños y medianos productores, así como dejando que, el Estado, importe alimentos en lugar de fortalecer la infraestructura del campo”.

Es momento, insistió, de dejar de estar sentado y recibir. Debemos, estar en la autocrítica, es momento de “quitarse la investidura de algún partido político u organización social a la que se pertenezca para conformar un gran frente social que permita sacar adelante un modelo de nación donde el respeto a los derechos humanos sean lo que prevalezca”.

Asimismo, Rocío Miranda Pérez, dijo que solo así se podrá impulsar, a la par, la presencia de mercados regionales en todo el país lo cual es una tarea fundamental de las organizaciones campesinas porque ese es el camino para recuperar la soberanía nacional y alimentaria pues más allá del discurso, se requieren actos concretos.

La líder de UFIC, indicó que lo anterior implicaría también recuperar las zonas rurales-urbanizadas, donde incluso se ha modificado la cultura alimentaria de su población derivado de la invasión de grandes empresas transnacionales.

Estas acciones, consideró, son viables en la medida de que se acepten los efectos devastadores que dejó el TLCAN en más de dos décadas de funcionamiento, incluyendo la migración y el incremento de ilegales mexicanos en la Unión Americana.

Así que no hay que perder de vista “el árbol fallido del maldito acuerdo que trajo más pobreza al campo, el abandono de poco más de 1.4 millones de parcelas y más millones de migrantes a Estados Unidos.

Recordó que en 2016, las remesas se convirtieron en la fuente principal de ingresos de México ante el continuo desplome de los precios del barril del petróleo y la devaluación del peso.

Tan solo en los primeros nueve meses del año pasado, los mexicanos, legales e ilegales, enviaron más de 20 mil millones de dólares por lo que, no hay que olvidar que las remesas constituyen el 2.3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Estas acciones, consideró, son viables en la medida de que se acepten los efectos devastadores que dejó el TLCAN, incluyendo la migración que, a la fecha, se ubica en 6.5 millones de mexicanos que se encuentran de manera indocumentada en la Unión Americana, en la indefensión legal y lingüística.

Los estados del país vecino con mayor número de migrantes sin documentos son: California, con 2 millones 350 mil; Texas, un millón 650 mil; Florida, 850 mil; Nueva York, 775 mil; New Jersey, 500 mil; Illinois, 450 mil; Georgia, 375 mil; Carolina del Norte, 350 mil; Arizona, 325 mil; Virginia, 300 mil; Washington, 250 mil, y Maryland, 250 mil, señaló.

De tal suerte que insistió, “si no cambiamos el modelo económico del país, no podremos reformar el proyecto de nación. No podremos construir sobre las ruinas de un modelo que ha dejado mayor pobreza, desigualdad, inequidad y toda la podredumbre existente”.

Así que, agregó, tanto los partidos políticos como las organizaciones sociales estamos obligados a la autocrítica de qué tanto fuimos o somos validadores de esas políticas públicas que permiten que se siga perdiendo la propiedad social en el campo, la propiedad intelectual y la cultura indígena.

Por eso, en esa revisión del Tratado de Libre Comercio “que se va a llevar a cabo, lamentablemente, en manos de un aprendiz como lo es el Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray”, Rocío Miranda Pérez, propuso poner en primer plano de las negociaciones el tema de la migración.

Advirtió que de lo contrario “estaremos fallándole al pueblo y principalmente a millones de migrantes quienes son mano de obra calificada tanto en el medio rural como en el ámbito urbano de tal suerte que cuando llegan a nuestro país los desperdiciamos y se convierten en los multichambas en lugar de apropiárnoslos como actores del desarrollo para la producción más alimentos”.