Por: Redacción/

Ni la soberanía del Estado, ni la intimidad familiar, ni el libre mercado serían posibles si el ser humano no tuviera acceso a la justicia para desarrollar su infinito potencial, aseguró el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Rafael Guerra Álvarez, al hacer un llamado a defender la autonomía e independencia del Juez, porque sin ella la libertad y la democracia serían sombras débiles.

En su segunda participación en la Cumbre Panamericana de Jueces sobre Derechos Sociales y Doctrina Franciscana, organizada por la Pontificia Academia de las Ciencias y clausurada por el Papa Francisco, el magistrado mexicano aseguró que un juez sometido a cualquier yugo deriva en grilletes para todas las demás facetas de la naturaleza humana.

Ante juezas y jueces del continente Americano, Guerra Álvarez precisó que de entre todas las instituciones sobre las que la raza humana logró edificar la vida social, la autonomía del juez es la más importante. Sostuvo que la autonomía de los fallos es un valor tan esencial para que la vida humana se pueda desenvolver. Es por eso, que el libre albedrio de los juzgadores deriva en la libertad de sus comunidades y sus naciones

En el cónclave, celebrado en la Casina Pío IV, en la ciudad de El Vaticano, el titular del TSJCDMX externó su reconocimiento a los juzgadores, al valor con el que día a día responden a su responsabilidad con nuestra sociedad y nuestra historia. En la ceremonia de clausura de la Cumbre Panamericana de Jueces sobre Derechos Sociales y Doctrina Franciscana, el Papa Francisco aseveró que no hay democracia con hambre ni desarrollo con pobreza ni justicia en la inequidad.

El Pontífice destacó que un sistema político– económico, para su sano desarrollo, necesita garantizar que la democracia no sea sólo nominal, sino que pueda verse plasmada en acciones concretas, que velen por la dignidad de todos sus habitantes, bajo la lógica del bien común, en un llamado a la solidaridad con los pobres.

Con la reunión de los jueces de América del Norte, Centroamérica y América del Sur, quienes trabajaron los días 3 y 4 de junio, en El Vaticano, se da un paso más en la conformación de una Junta Permanente Panamericana de Jueces en Defensa de los Derechos Sociales.