Por: Redacción/

Han transcurrido pocos días y su ausencia se ensancha. El “novenario” se llevó a cabo en la Sala de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), en donde académicos se dieron cita para rememorar a Fernando del Paso.

Con “Evocaciones de Fernando del Paso 1935-2018”, la UNAM, a través de la Coordinación de Humanidades y la FFyL, rindió homenaje póstumo al escritor, poeta, periodista, dramaturgo, economista y diplomático, Premio Cervantes 2015.

Alberto Vital Díaz, titular de Humanidades, recordó que Del Paso transitó en la UNAM un camino vocacional que fue de la medicina a la economía, hasta instalarse en la literatura.

En ese mundo, terció Elizabeth Corral Peña, de la FFyL y académica de la Universidad Veracruzana, se fijan algunos de los rasgos primordiales de Del Paso, como la enorme libertad lingüística e imaginativa, la importancia conferida a lo social y a lo histórico, y la presencia infaltable de la risa.

“Del Paso no publicó nada parecido a un diario o correspondencia, pero muchos de sus artículos periodísticos recuerdan esos géneros. Ahí comprobamos que sus novelas, delirantes, exageradas, divertidas, de enorme libertad, parten de una postura escéptica, aunque comprometida con las mejoras que se esperan en un mundo de humanos”, expuso.

Palinuro

Corral Peña, quien ha realizado todos sus trabajos recepcionales de grado sobre el autor nacido en la colonia Roma, señaló que en algunas ocasiones se ha referido a la escritura de Del Paso como “caleidoscópica”, pero hoy “Palinuro de México” es la que realmente merece el adjetivo.

“Como han visto los estudiosos en José Trigo, domina la pirámide; el contrapunto en Noticias del Imperio; la estética de un cuadro pop en Linda 67; en cambio, los múltiples fragmentos prístinos y multicolores, de texturas y superficies distintas están en Palinuro”, dijo.

Mariana Ozuna, coordinadora de Letras Hispánicas de la FFyL, señaló que “Palinuro de México” es en su lectura quizá una tarea imposible, porque es la obra la que nos lee a nosotros. “La escritura de Del Paso, es como un tesoro oculto que uno debe encontrar”.

En una de sus evocaciones, o de “sus meditaciones desordenadas”, Ozuna recordó fragmentos de “Sefarditas”, que en su momento Fernando del Paso incluyó en su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua.

En su oportunidad, el mexicanista alemán Klaus Meyer-Minnemann expuso sus recuerdos con el escritor. Rememoró los encuentros que tuvo con el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2015, junto a Alberto Vital.

“Tengo muy claro que “José Trigo” es un libro difícil, complejo. Me complace evocar, sobre todo, el soliloquio de Carlota en ‘Noticias del Imperio’”.

Ataviado es el color…

Amarillo, rojo, arcoírico, naranja, violeta, a cuadros, seda, broquel, casimir, Fernando del Paso también se caracterizó por su atavío. “Hizo de su cuerpo un espacio estético, cromático”, expuso Alberto Vital.

“La extravagancia en su vestimenta la encuentro similar a su personaje de Palinuro, pero sin duda era una forma de subrayar lo que decía: hay que recordar que el vestido es un disfraz. Él era un hedonista y remarcaba el carácter teatral de la vida, porque tomaba el juego muy en serio, y la vida es un juego”, concluyó Elizabeth Corral.