Por: Redacción/

Rapera, activista, poetisa, socióloga, anarquista, pero sobre todo feminista, la guatemalteca Rebeca Lane ofreció un concierto en el Patio Poniente de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) que convocó a cientos de jóvenes que corearon sus canciones y se unieron a su grito de protesta.

Durante cerca de dos horas, la cantante interpretó diferentes canciones de sus cinco álbumes, entre ellas Obsidiana, Reina del Caos, Libre, Atrevida y loca, Mujer lunar, Alma mestiza, entre otras.

El recital lo dedicó a todos los migrantes centroamericanos que por la violencia, la pobreza, la corrupción y la desigualdad social han decidido dejar sus países de origen y caminar cientos de kilómetros para encontrar un lugar mejor, arriesgando su vida para huir de la grave crisis humanitaria por la que atraviesa el mundo.

“Estamos viviendo dictaduras militares y empresariales, y la presencia del ejército en nuestros barrios y calles ha demostrado que la policía no genera ni siquiera un atisbo de seguridad, sino todo lo contrario”.

Fue así como recordó a Enrique Cortázar, Ildefonso Gómez y Benjamín Altamirano, estudiantes de agronomía que convertían terrenos baldíos en huertos para evitar que fueran apropiados por el narcotráfico, y a la guatemalteca Diana Isabel Hernández Juárez y al brasileño Maxciel Pereira dos Santos, ambos activistas defensores del medio ambiente asesinados recientemente a tiros en sus países de origen.

Ninguna revolución se ha hecho desde un escritorio, las transformaciones se logran poniendo el cuerpo y todos los cambios se han hecho en colectivo, y añadió: “las manifestaciones en el Ángel de la Independencia a causa de una niña violada por tres agentes policiacos son ahora un monumento intangible del feminismo, porque aunque lo restauren, sus consignas y demandas les recordarán que es grande nuestra rabia”.

Siete mujeres hoy han sido asesinadas y cada hora al menos 20 son violadas, “eso que sólo es un día en Guatemala, pero multiplícalo y sabrás por qué estamos enojadas; no voy a andar con pinzas para quien no entienda que esto es una emergencia, estoy como las otras tan harta de andar con miedo y agresiva porque es la forma en que me defiendo”.

La artista agradeció a las mujeres que salen a marchar y a denunciar las alarmantes cifras de violaciones y feminicidios que se viven en el continente y afirmó que “donde haya mujeres libres y atrevidas reinará el caos, porque buscamos terminar con las prácticas que tanto pasiva como agresivamente pisotean la vida y dignidad, incluso muchas están siendo criminalizadas por ser activistas o feministas, por lo que agradezco la sororidad y la esperanza que nos moviliza”.

La guatemalteca sostuvo con firmeza: “no nos aclaren la piel, somos orgullosamente prietas, no nos blanqueen” y pidió a los estudiantes nunca sentir vergüenza de su color, su apellido, su familia o del legado cultural que han heredado.

La lucha es también por lograr que cualquier persona se sienta libre y segura de usar sus trajes regionales, poder hablar y estudiar en su propio dialecto y seguir desmontando así las estructuras de desigualdad para preservar con ello la pluriculturalidad.

Los jóvenes no deberían estar tocando marchas de guerra patrióticas, sino música de algarabía y fiesta, porque el orgullo patrio surgió y se ha mantenido para minimizar el multiculturalismo, pretendiendo englobar el orgullo de toda una nación en una bandera o un himno.

“Perdonen si arruino esta fiesta patria, pero esto no es democracia sino más bien una falacia, no tienen eficacia las falsas elecciones, son las lecciones de un pueblo sin memoria que se toma las calles, pero no lee historia, la verdadera guerra no ha terminado, porque los que nos masacraron aún controlan el Estado, dijo la rapera.

Al término del concierto, pasó el resto de la tarde con las estudiantes, les regaló pañoletas verdes en favor del aborto, les dedicó discos, fotografías y autógrafos y mantuvo una amena charla con varias de ellas.

Lane es fundadora de Somos Guerreras una propuesta para visibilizar el trabajo de las mujeres de Centroamérica en el Hip Hop, generando espacios de formación y a lo largo de su trayectoria se ha consolidado como una de las representantes más destacadas del rap a nivel mundial.