• En la última década ha crecido el consumo entre las mujeres, que ahora representan 70 por ciento de los bebedores.

Por: Redacción/

Los jóvenes empiezan a beber cada vez a edades más tempranas y son los varones los que más consumen alcohol para socializar con sus pares, debido a la falta de información y de educación de sus padres, consideró el doctor Luis Berruecos Villalobos, académico de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Sin embargo, cada vez más niñas empiezan a beber antes que ellos, como lo demuestra un estudio realizado recientemente que señala que a diferencia de hace una década, cuando de cada diez personas que consumían cuatro eran mujeres, ahora son entre seis y siete.

“Es muy raro encontrar este problema en las primarias, quizá encontramos thinner o inhalantes, pero es en la secundaria cuando empieza de manera abrupta, violenta y fuerte y quienes más beben son los hombres”, sin embargo, no puede hablarse de alcoholismo entre los niños, ya que esta enfermedad no es instantánea, sino que tarda en aparecer.

“El sujeto va cayendo paulatinamente en la segunda etapa de consumo adictivo, no responsable, esto es, que empieza a beber de una manera exagerada por un periodo no mayor a 15 años cuando es inminente el padecimiento de cirrosis hepática”, que no siempre es producto del consumo excesivo de alcohol, especificó en el ciclo Charlas de ciencia, moderado por la licenciada Cecilia Ezeta Genis, jefa del Proyecto Divulgación de la Ciencia.

El investigador del Departamento de Relaciones Sociales y pionero en el estudio del consumo de alcohol y sus aspectos culturales en México, explicó que en ocasiones no es tan simple identificar el síndrome de la dependencia a esta bebida embriagante, el cual conlleva pérdida del empleo, despilfarro de dinero, desintegración familiar o abandono.

“Los suicidios, homicidios o accidentes de tránsito son otros riesgos consecuencia de ingerir en exceso, pues 90 de cada 100 incidentes viales están relacionados con el consumo de alcohol”, refirió.

Junto con otros investigadores ha desarrollado una gran cantidad de cursos en la Casa abierta al tiempo y material informativo sobre las repercusiones que esta enfermedad puede acarrear.

“En la UAM y en la UNAM hicimos 18 cursos para informar qué es el alcohol y en las 57 escuelas de Medicina se aplicó un cuestionario que arrojó que muy pocos estudiantes conocían los efectos que el consumo de bebidas embriagantes causa al organismo.

Al dictar la charla Alcoholismo. Una enfermedad socialmente aceptada, el académico reprobó que hasta hace unos años sólo existieran 120 –de los cinco mil psiquiatras en el país– especialistas para tratar a los 30 millones de enfermos.

También resulta fundamental destinar mayores recursos a la formación de más personal especializado en nutrición y medicina, dado que este es un problema que debe atacarse desde una visión multidisciplinaria.

El especialista propuso la impartición de programas de educación para secundaria y cursos para padres de familia y refirió que la UAM brinda diplomados sobre adicciones de 25 horas semanales durante un año.

“A la falta de información, de educación para padres y carencia de cuadros médicos suficientes, hay que añadir que no hay lugares suficientes para atención –más allá del Consejo Nacional contra las Adicciones– así como que las campañas de los consorcios cerveceros no respetan el horario nocturno para anunciar sus productos nocivos para la salud”.