Por: Redacción/

En México y el mundo la necesidad de alcanzar los modelos de belleza impuestos, ha hecho que los problemas de obesidad y sobrepeso se vuelvan temas de apariencia más que de salud. La efectividad e inmediatez de las cirugías para corregir este problema han hecho crecer la demanda de las mismas.

En 2016, México se encontró entre los cinco países en los que se realizaron más procedimientos quirúrgicos a nivel mundial, junto con Estados Unidos, Brasil, Japón e Italia. La mayor parte de las cirugías realizadas fueron la liposucción y la abdominoplastia, según la Internacional Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS).

Actualmente los procedimientos para la estilización del cuerpo son diversos. La liposucción es la intervención más conocida y popular para mejorar los contornos faciales y corporales por medio de la remoción de depósitos de grasa. Con la abdominoplastia se remueve el exceso de piel abdominal no deseada. El método y tratamiento utilizado para las cirugías estéticas depende de las particularidades de cada cuerpo.

La doctora Elsa Muñiz García investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) considera que la autoestima no debería vincularse al aspecto físico de las personas, pero desafortunadamente en el mundo moderno el culto al aspecto ha cosificado cada vez más los cuerpos, fragmentando al individuo como sujeto de totalidad, separando su organismo de su mente y la cirugía cosmética resulta aquí el dispositivo que divide al ser.

El modelo estético impuesto contribuye en procesos excluyentes y discriminatorios para un amplio sector de la sociedad, creando mundos ficcionales a través de la transformación de los cuerpos defectuosos en perfectos, irreales e inalcanzables para la mayoría de los hombres y mujeres.