Por Fernando Nava

“¿México puede tener un sistema de justicia sin tortura?”, fue una pregunta que hizo Madeline Penman, investigadora de México de Amnistía Internacional que llevó a cabo el último informe de “Sobrevivir a la muerte, Tortura de mujeres por policías y fuerzas armadas de México”, en donde estuvieron presentes la directora general de amnistía, Erika Guevara, y un joven que es hijo de una mujer sobreviviente a la tortura, Byron Arellano.

El grupo internacional mostró documentos de mujeres que han sido víctimas de delitos sexuales en México, afirmando, que las fuerzas federales, estatales y municipales, son los principales delincuentes.

Desde el 2013, Madeline Penman, ha buscado información oficial sobre delitos sexuales, en donde se les ha acusado a muchas personas inocentes y que se encuentran en la cárcel, donde sufren de violaciones, abuso de fuerza, torturas con hambre, entre otros métodos que ocupan los penales.

“Mi madre, desde el 2010 fue acusada de delitos que no cometió, ella entró a la cárcel y en su interrogatorio, policías federales la violaron, una y otra vez, para después hacerla firmar un documento en el que aceptaba que ella había cometido todos los delitos por los cuales se le inculpaba” dijo Byron Arellano, hijo de una víctima.

Sin embargo, las fuerzas federales ocultan todo tipo de información al respecto, pues el grupo de Amnistía le preguntó a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) cuántos de sus soldados habían sido acusados o castigados por cometer algún delito sexual.

La respuesta de la SEDENA fue: ‘ninguno’, mientras que las investigaciones señalaban que más de cien mujeres habían sido abusadas por parte de militares.

A pesar que los elementos de las corporaciones negaban todos los hechos, Madeline Penman afirmó que “la violencia sexual es el método preferido de la Policía Federal (PF) y de la SEDENA, la verdad es una tristeza en la que uno se traga el enojo de las víctimas”.

Por otra parte, “no nada más se limitan a violarlas, pues hay casos en los que a las mujeres se les da descargas eléctricas en sus genitales, les meten dedos enguantados en la vagina  y en ocasiones, les meten tubos o macanas en el ano” comenta Madeline Penman con la voz quebrantada.

Uno de esos casos, fue el de la madre de Byron, pues como él comenta, luego de entrar a la celda, los federales estuvieron 24 horas entrando y saliendo para violarla una y otra vez, cuando la mujer fue llevada al médico federal dijo que no presentaba ningún daño físico, sin embargo, al pasar con el médico de la Procuraduría General de la República (PGR), el diagnóstico fue de 15 lesiones  graves en todo el cuerpo, entre ellas, un desgarre anal.

Estos casos se han aumentado desde el 2013, pues para el 2014 las cifras se duplicaron, y desde ese año, ninguna autoridad ha tenido un recuentro o registro oficial de los delitos.

Las fuerzas federales se han defendido de estas acusaciones, diciendo que su personal es altamente capacitado para prevenir cualquier tipo de delito sexual, pero Amnistía ha demostrado lo contrario con los documentos que ha presentado a Juan Méndez, un diplomático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedicado a puntualizar los temas de tortura.

Asimismo, dentro de los 100 casos que presentó amnistía, 10 de ellos tuvieron un embarazo por parte de los delitos sexuales, y de ellos, dos fueron abortados a causa de golpes en el vientre, provocando la muerte del feto.

Para concluir, la directora, Erika Guevara, junto a Madeline Penman, dijeron que espera que la Secretaría de Gobernación redoble los esfuerzos y termine con la impunidad.