Por: Redacción

El 20 por ciento de las colonias de Iztacalco, que más ‘aportan’ personas a los centros de reclusión en la Ciudad, afirmó la diputada Presidenta de la Comisión de Juventud y Deporte de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Beatriz Olivares quien afirmó que es indispensable redoblar acciones, principalmente en esta Delegación, para realizar un programa para que las y los estudiantes cuenten con un entorno seguro que les permita desarrollarse con mucha más eficiencia y eficacia en cuanto al rendimiento educativo.

Para lo anterior y ante la violencia que se desarrolla en una delegación con un poco más de 350 mil habitantes, que representa poco menos del 4 por ciento de la población total de la Ciudad de México, sobre todo alrededor de las escuelas, la diputada exhortó a las Secretarías de Seguridad Pública y de Educación, ambas de la Ciudad de México y a las 16 delegaciones para que en coordinación lleven a cabo un programa para instalar en las inmediaciones de todas las escuelas públicas desde educación preescolar, básica y secundaria, cámaras de video-vigilancia con botones de pánico y alarmas vecinales, con la finalidad de inhibir la comisión de delitos en el entorno escolar.

Destacó que acuerdo con una encuesta realizada por la Secretaría de Educación Pública (SEP), el 91 por ciento de los estudiantes de la Ciudad de México ha percibido la presencia de presuntos delincuentes dentro de sus escuelas y el 22 por ciento asegura haber lidiado con algún robo, agresión o violencia al interior o cerca de sus planteles.

Precisó que la tecnología y el personal de seguridad, entre otros elementos, ayudan a proteger a las escuelas de amenazas internas y externas. “Pero también es cierto que la cultura de prevención y seguridad es algo que debería inculcarse desde los hogares”.

La legisladora dijo que frente al problema de la inseguridad, uno de los recursos más utilizados por las instituciones educativas es el uso de cámaras de seguridad, pues permite registrar los movimientos, tanto de la comunidad estudiantil, como de profesores, administrativos y visitantes, dentro de la escuela y en sus alrededores.

Sostuvo que cada vez son más los planteles que adoptan el uso de esta tecnología para la seguridad en sus instalaciones. Y aunque los colegios privados son quienes recurren de manera frecuente a la instalación de cámaras de vigilancia, su uso se extiende también a las escuelas públicas

Puso como ejemplo del uso de la alarma, el Estado de México, cuyo programa favoreció a mil 115 escuelas, complementario al plan estatal ‘Mi Escuela Segura’, que se caracteriza por instalar en los planteles un botón de emergencia que permite a la comunidad escolar solicitar apoyo inmediato a los cuerpos de seguridad pública en caso de presentarse una emergencia o situación de riesgo.

Afirmó que este programa no solo ha tenido números alegres, pues hay casos como el de la escuela primaria Emiliano Zapata, ubicada en el municipio de Naucalpan, la cual, a decir de la comunidad no instalaron la infraestructura necesaria y solo pidieron documentación y nunca más volvieron.

Destacó que otro de los programas encaminados a resguardar la seguridad en las instituciones es el de ‘Escuela Segura’, puesto en marcha por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Resaltó que uno de sus fundamentos se basa en la prevención y reducción de los delitos en el entorno escolar, por ello, sostiene que la seguridad en las escuelas constituye una garantía esencial para hacer efectivo el ejercicio del derecho de niños y adolescentes a educarse.

La legisladora sostuvo que entre sus objetivos se encuentran el de consolidar a las escuelas primarias y secundarias públicas como espacios seguros y confiables libres de violencia, adicciones y delincuencia. Desde su puesta en marcha, en febrero de 2007, el programa ha beneficiado a más de 15 mil escuelas a nivel nacional.

Finalmente, destacó el operativo ‘Mochila Segura’ que se basa en la revisión de los útiles escolares por parte de padres y maestros para asegurarse que los alumnos no ingresen al plantel con drogas, armas de fuego y/o punzocortantes, entre otros objetos. Todo ello, en presencia de elementos de la policía, quienes además explican a los alumnos su función y cómo acudir a ellos en caso de una emergencia.