Por: Charlie / @greysmagno

El travestismo es una práctica que suele considerarse realizada, regularmente, por hombres; se le asocia principalmente con ‘shows’, pero también puede apreciarse en el ámbito artístico como en el cine. En la cinematografía mexicana, varias películas reflejaron en sus personajes el travestismo, y, por si fuera poco, las mujeres eran las que representaban un personaje masculino.

En primera instancia, es necesario tener claro el concepto de ser travesti. Según el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred) el travestismo se define como las “personas que utilizan un performance de género considerado distinto al suyo, sin que ello implique orientación/preferencia homosexual”.

La CNDH en su manual de Los derechos humanos de los transgéneros, transexuales y travestis define a los/las travestis como “aquellas personas que gustan o sienten necesidad de vestirse como las personas del otro género (hombres que se visten como mujeres y mujeres que se visten como hombres”. Pero hace una aclaración sobre esta práctica, es decir, donde en determinadas circunstancias llevan a cabo dicha acción “como una fiesta o en ciertos días de la semana”.

Entonces, ser travesti no implica la preferencia sexual de la persona que se viste del sexo opuesto, más bien es una situación que simplemente se hace por gusto o bien, por circunstancias laborales, en este caso actores y actrices que representaron un papel que se vestían de forma contraria a lo que visiblemente corresponde a su sexo.

Mujeres travestis

La época de Oro del cine mexicano fue distinguida por el surgimiento de grandes figuras de actores y actrices, así como directores; también se implementaron nuevas técnicas de producción para mejorar la calidad de los filmes y se realizaron historias de todo tipo que agradaban al público.

Dentro de las narrativas que se manejaron, los personajes fueron un elemento esencial para transmitir emociones, los cuales rompieron esquemas y roles sociales. En varias cintas cinematográficas puede apreciarse a las mujeres interpretar un rol masculino y viceversa, pero en los hombres esta representación era más cómica.

Me ha besado un hombre (1944), es interpretada por María Elena Marqués y Abel Salazar. La historia se basa en Luisa, una joven que perdió a su padre durante una guerra en Francia, por lo que decide viajar a México. Sin embargo, no cuenta con sus documentos y finge ser su hermano, luce el cabello corto, usa ropa masculina, se comporta de forma varonil, entre otros aspectos.

Al llegar al país, Luisa o Luis consigue trabajo con el ingeniero Álvaro Álvarez. Durante todo el filme existe una actitud coqueta por parte de Luis hacia el ingeniero, pero en las últimas escenas, el jovencito llega a besar a Álvarez. Un hombre besando a otro hombre, claro que es ficción, sin embargo, es un tema que se aborda con seriedad.

Una de las cintas clásicas, realizada por Ismael Rodríguez, es Vuelven los García (1947), donde se retoma la rivalidad de los López y los García. Una de los López es llamada Juan Simón, no adquiere ese nombre por gusto, su padre la llamó así porque él quería un varón, por lo que la educa como un hombre y la viste como tal.

En una escena de la película, Luis Manuel García recibe un balazo por parte de Juan Simón, éste al verlo herido lo mete a su casa, lo atiende y cuando García despierta le cuestiona sobre su nombre, pero se da cuenta que es una mujer con actitudes masculinas, hay un cortejo entre ambos y pasan la noche juntos. Una mujer que tiene un rol masculino puede enamorar sin problemas a un hombre.

Pablo y Carolina (1957). Carolina es una jovencita que escribe una carta a su hombre perfecto, ella lo nombra Pablo Garza y envía el documento, lo que no se espera es que este hombre de verdad exista. Además, ella cuenta con tres pretendientes y la noche en la que éstos se presentan ante su padre para pedirle su mano, Carolina se encuentra vestida de cadete, papel que representará en una obra de teatro. En cuanto el padre se retira de la casa, llega Pablo Garza a pedir explicaciones sobre la carta que recibió y que arruinó su matrimonio.

Debido a que Carolina se encuentra con el porte de marino, se presenta ante Pablo como Aníbal, el hermano de la muchachita. Desde ese momento, Garza y el cadete tendrán una relación de amistad, pero el empresario se dará cuenta de la farsa del ‘jovencito’, y para desmentirla llega a conversar con los padres la mujer para insinuarles que su hijo es ‘medio rarito’.

Como se ha visto, las mujeres no sólo se vistieron de forma masculina, representaron un comportamiento masculino, incluso su nombre era de varón, iba más allá de travestirse por un momento, adquirieron esta práctica por determinadas circunstancias y desarrollaban el rol del sexo contrario. Esto no tenía nada que ver con su preferencia sexual, pues seguían sintiéndose atraídas hacia los hombres.

Estas películas van desde la década de los cuarenta hasta los cincuenta, los temas que se abordaron rompieron las historias clásicas. Recordemos que en esos tiempos la homosexualidad era un aspecto intocable, no se hablaba de ello, pero el travestismo se convirtió en un elemento dentro de las narrativas y debe considerarse que las mujeres que lo llevaban a cabo en el cine, lo abordaban de una forma delicada, formal y esto ayudaba al desenvolvimiento del personaje

El travestismo como parodia

En los hombres, el travestismo adquirió un sentido cómico, de parodia e incluso de sátira. La escena era una burla del personaje que se estaba mostrando. A diferencia de las mujeres, la seriedad no se hace presente, los actores no llegaban a salir a cuadro por mucho tiempo, algunos solamente se veían en fotografías, pero caracterizados de féminas.

Los tres huastecos (1948), es una de las películas más afamadas de Ismael Rodríguez, en esta película Pedro Infante representa a tres personajes, los cuales son los hermanos Lorenzo, Juan de Dios y Víctor, cada uno de ellos tiene una vida completamente distinta, pero se meterán en líos y Juan de Dios tratará de resolver los problemas de sus consanguíneos.

En el filme hay un detalle muy fugaz sobre la figura del protagonista, pues el cura se encuentra platicando con Cuco, papel interpretado por Fernando Soto, Mantequilla, y éste le hace mención sobre la belleza de su mamá, en ese momento aparece el retrato de la madre de los tres hermanos y se alcanza a visualizar al ídolo de México como una mujer. Aún no se sabe si realmente se caracterizó al actor mexicano de mujer o solamente fue un montaje fotográfico que se realizó en laboratorio.

Aunque es una escena muy rápida, es necesario destacarla, pues tenía relevancia que un personaje tan importante decidiera salir en una fotografía como una dama. Evidentemente esto es un momento cómico, pero travestir al cantante ya representaba fracturar la figura del ‘macho’ mexicano para transformarlo en una señora aparentemente agraciada.

La escena anteriormente mencionada, puede apreciarse a partir del siguiente tiempo 1:06:00

El violetero (1960), es una historia donde la joven Lucía le enseña a leer y escribir a Lorenzo Miguel (Tin Tan), un indígena vendedor de flores. El cambio de este hombre produce que la señorita se enamore de él, y aunque logró que se convirtiera en un letrado, aún tiene una actitud cómica ante ciertas situaciones.

Una de las escenas más divertidas es cuando Lorenzo trata de explicarle a una pareja de extranjeros dónde pueden encontrar shows mexicanos; Valentino (Tun tun) es el asistente de Lorenzo y en cuanto escucha sobre el espectáculo que busca la pareja, se viste de mujer, realiza un baile con música española y coquetea con el americano.

El hijo de Huracán Ramírez (1966), tiene como base una trama donde unos asaltantes de banco deciden ponerse unas máscaras de luchadores, esto con el fin de no ser descubiertos. Sin embargo, el luchador Huracán Ramírez es arrestado por tener gran parecido con uno de ellos, su hijo se encargará de capturar a los responsables. Durante la trama, se vivirán escenas donde las peleas serán un espectáculo para el público.

Una de las luchas de parodia en el filme, es cuando se pacta una pelea entre damas. Las señoritas fueron cambiadas por varones, pero éstos fueron travestidos, por lo que en la pantalla se aprecia a hombres vestidos de mujer, el encuentro resulta ser tan cómico que incluso llegan a desvestirse las ‘luchadoras’ e inmediatamente es posible observar que son hombres los que se encuentran peleando.

La escena anteriormente mencionada, puede apreciarse a partir del siguiente tiempo 1:20:00

Como hemos visto la práctica del travestismo puede formar parte de un espectáculo y en este caso, el cine mexicano ya tomaba en cuenta estos temas. ¡Desde los años cuarenta ya se representaba en la pantalla grande! En las mujeres se consideró más formal, mientras que en los hombres siempre se ha hecho referencia como una burla. De una u otra forma esto ya se mostraba socialmente, lo cual representa una visibilidad.

Recordemos que esto no debe asociarse con la preferencia sexual, simplemente es una práctica o un gusto más por vestirse del sexo contrario. Posiblemente después de este recuento podrás observar con más detalle las películas del cine de oro; y la época en la que fue tratado este tema abrió una ventana más del mundo LGBTTTI.