Por: Redacción

En la comunidad de La Cantera, municipio de San José Iturbide, Guanajuato, el agua del pozo de abastecimiento es radiactiva, cuatro veces por encima de lo permitido para uso y consumo humano; en el suelo, en el aire y en el interior de las casas también se encontró elevada actividad de gas natural radón (222Rn).

Así lo determinó un grupo multidisciplinario de expertos de los institutos de Física (IF), de Ciencias Nucleares (ICN), de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) y del Centro de Geociencias (CGeo) de la UNAM, tras concluir la segunda fase del análisis de la contaminación del agua en la zona.

Según la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), el radón es un cancerígeno. En agua para consumo humano puede causar leucemia, daño al ADN, aberraciones cromosómicas, mutaciones genéticas, cáncer de pulmón por inhalación y cáncer de estómago por ingestión.

En sus resultados, los universitarios no identificaron fuentes antropogénicas de radiactividad, pero sí encontraron que las dosis de radiación ambiental medidas en lugares próximos a La Cantera son superiores al límite máximo reportado por el Comité Científico de las Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica (UNSCEAR) para México.

Esta anomalía puede indicar la presencia de concentraciones elevadas de uranio y torio en la región; actualmente se encuentran en preparación los análisis radiométricos de muestras de roca y suelo para corroborar esta hipótesis.

Presencia de radón

En La Cantera los expertos hallaron actividad elevada de gas radiactivo natural radón en el recurso subterráneo utilizado para consumo humano, en suelo y en aire de interiores, en un radio de al menos tres kilómetros de la localidad.

Las actividades de 222Rn en agua potable se hallaron por encima del límite máximo de 11.1 Bq/L (becquerel por litro), que sugiere la Agencia de Protección al Ambiente de Estados Unidos (USEPA) para consumo humano.

Su presencia es resultado de la desintegración radiactiva de su progenitor radio (226Ra), miembro de la serie del uranio (238U), que se encuentra asociado de manera natural a las rocas existentes en la región y a su evolución geológica.

Estudios de más de 15 años en el acuífero de la zona indican que la migración de estos radioisótopos disueltos en el agua se relacionaría con la sobreexplotación del acuífero regional, debido a que el agua que se consume ha tenido mayor exposición a las rocas de las áreas más profundas.

Recomendaciones

Para reducir el radón, el grupo de la UNAM recomienda incorporar sistemas de aireación en la red de abastecimiento en tomas domiciliarias.

Sugiere almacenar el agua en tanques elevados con sistemas de aireación, antes de su distribución en la comunidad. También, usar tinacos con sistemas de venteo en las casas para permitir que el gas radón escape hacia la atmósfera y así evitar su inhalación o ingesta.

Además, se deben formar recursos humanos y crear capacidades regionales/nacionales para estudiar los impactos de la radiactividad natural e inducida sobre los humanos, con especial énfasis en la dosis recibida de radón y su comportamiento en el subsuelo; e implementar un programa de monitoreo a corto y mediano plazos, con un enfoque más regional.