• La isquemia gastrointestinal constituye un problema relevante, en específico para el paciente en estado crítico.

Por: Redacción/

Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) propusieron un tratamiento –basado en la administración de melatonina– que en pacientes en estado crítico –con choque hipovolémico o cardiogénico– ayuda a prevenir complicaciones que podrían llevar a una falla multiorgánica, causa principal de muerte en terapia intensiva.

Eduardo Peña Mercado, egresado del Posgra-do en Ciencias Naturales e Ingeniería de la Casa abierta al tiempo, obtuvo el grado de doctor con este trabajo, según el cual en estado de choque se puede generar isquemia gastrointestinal, provocando que se pierda la función de barrera, una “condición en la que el cuerpo redistribuye la sangre protegiendo al corazón y al cerebro, mientras que el estómago y el intestino quedan sin un suministro adecuado, lo que se conoce como isquemia”.

La isquemia gastrointestinal constituye un problema relevante, en específico para el paciente en estado crítico, “debido a que no podemos identificar este tipo de trastorno de manera temprana, por lo que estamos enfocados en la atención que se pueda brindar en situación grave que, por algún padecimiento agudo o por las complicaciones asociadas a una enfermedad crónica, puede llegar a presentar un estado de choque”.

En una fase inicial del estado de choque, el médico no se da cuenta de la integridad de la mucosa gastrointestinal y cuando detecta la circunstancia, ésta ya se encuentra dañada, pudiendo haber úlceras o erosiones, por lo que después de aplicar un tratamiento con la finalidad de llevar sangre de nuevo hacia los tejidos afectados puede darse una translocación de bacterias y endotoxinas, que migran hacia el torrente sanguíneo, lo que puede ocasionar sepsis, caracterizada por desencadenar inflamación sistémica.

“Si un paciente entra en choque séptico es muy difícil rescatarlo, por lo que el enfoque de este estudio se centra en identificar de manera temprana lesiones gastrointestinales, con el propósito de evitar toda esta serie de complicaciones y la tasa de mortalidad”, ya que partir de la detección temprana de estas lesiones en la mucosa gástrica es posible ofrecer un tratamiento.

La mucosa gástrica tiene una función de barrera protectora y la primera capa “es de moco de diferentes tipos y es la que va a amortiguar el daño que pueda darse, por la producción de ácido clorhídrico; las célula epiteliales crean esa capa de moco y evitan el paso de bacterias al flujo sanguíneo, pero en pacientes en estado crítico, esa función puede verse comprometida permitiendo que haya una translocación de bacterias, pues migran por la mucosa gástrica, llegan a la sangre y se diseminan, provocando una respuesta inflamatoria sistémica”.

El tratamiento que el investigador propone consiste en el uso de melatonina, ya que se ha visto en reportes previos que esta hormona tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y regula el sueño. “Cuando baja la intensidad de la luz se activan unos receptores en los ojos que envían una señal al cerebro, lo que hace que la glándula pineal genere melatonina y podamos dormir”.

Ese es el papel principal que se había encontrado de la melatonina, pero después se identificó que ésta también surge en células del tracto gastrointestinal y tiene una función protectora. Además, se ha encontrado que en pacientes en estado crítico la melatonina es baja y que esta disminución se encuentra relacionada con un incremento en la tasa de mortalidad.

El proyecto desarrollado se enfocó en utilizar una técnica para descubrir las lesiones tempranas por isquemia en la mucosa gástrica de rata, denominada espectroscopía de impedancia eléctrica, con la que se observó “una ventana en la cual el daño en el tejido todavía puede revertirse después de inducir lesiones isquémicas por 60 minutos”, es decir, en este periodo “todavía no tenemos expresión de algunas moléculas relacionadas con el daño en la mucosa gástrica que pueden derivar en muerte celular o aumento en la permeabilidad del epitelio, lo que hace que las bacterias y endotoxinas migren al torrente sanguíneo”.

En dicha ventana de oportunidad “administramos la melatonina inyectada por vía intraperitoneal en una cantidad de diez miligramos por kilogramo de peso” y, si bien ya se tenían antecedentes sobre las dosis, “nosotros aplicamos la melatonina como un tratamiento cuando las lesiones en la mucosa gástrica ya fueron inducidas y todavía son reversibles”; esto es “cinco minutos antes de retirar la oclusión de la arteria celiaca (isquemia) y entonces evaluamos el proceso de regeneración después de 24 horas de que pase nuevamente el flujo sanguíneo hacia el tejido isquémico”.

Es relevante saber que si hay isquemia y entra sangre otra vez al tejido afectado, se incrementan los radicales libres, lo que daña las células.

Cuando el médico registra que el paciente se encuentra en estado de choque, lo que hace es perfundir los tejidos afectados, pero se incrementa el daño por el mismo tratamiento, así que con la melatonina “lo que queremos es administrar una molécula antioxidante y antinflamatoria, capturar los radicales libres y que el daño sea menor”.

El doctor Peña Mercado, egresado de la Unidad Cuajimalpa, señaló que los estudios se han llevado a cabo en ratas “pero esperamos próximamente aplicar esto en pacientes en estado crítico”.

La importancia del trabajo es detectar de manera temprana, por medio de la espectroscopía de impedancia eléctrica, las alteraciones de la mucosa gástrica y practicar un tratamiento que minimice lesiones que pueden llevar a la muerte de la persona, especificó.

Esto se ha realizado con el espectroscopio diseñado y construido en la Unidad Iztapalapa por el grupo del doctor Emilio Sacristán Rock, adscrito al Departamento en Ingeniería Eléctrica y fundador del Centro Nacional de Investigación en Imagenología e Instrumentación Médica.

En suma, los resultados del trabajo del doctor Peña Mercado permitieron monitorizar, por medio de espectroscopía de impedancia eléctrica, el estado de la mucosa gástrica en diferentes tiempos de isquemia, observando que, con 60 minutos de isquemia, aún es posible revertir el daño por isquemia/reperfusión.

Además, el procedimiento con melatonina demostró que dicha hormona acelera la regeneración en el tejido cuando las lesiones celulares todavía son reversibles y que esos cambios también se ven reflejados en las mediciones de impedancia gástrica.

Todo esto demuestra que el método es útil para monitorizar a pacientes en estado crítico, identificando cambios asociados a lesiones tisulares reversibles e irreversibles, y que el uso de melatonina puede ayudar a prevenir la falla multiorgánica, la cual es la principal causa de muerte de pacientes en terapia intensiva.