Por: Redacción

A través de un punto de acuerdo en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, la diputada del GPPRD, Cristina García Bravo, solicitó exhortar al titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), para que una vez iniciado el proceso de negociación con Estados Unidos de América sobre los temas de la agenda bilateral, la seguridad nacional de México sea colocada como la más elevada prioridad.

La legisladora argumentó que México deberá sujetarse siempre al principio de resguardarse ante cualquier amenaza a su seguridad nacional, por lo que la SRE debe tener un rol fundamental en las negociaciones.

Recordó que el embate de Donald Trump contra México no tiene precedentes. “Los presidentes de Estados Unidos de América, sean de extracción demócrata o republicana, en su mayoría, han sido respetuosos de los términos de la relación con México, sobre todo por la trascendencia de la vecindad con el segundo socio comercial después de Canadá”, agregó.

La legisladora perredista señaló que es evidente que en el pasado reciente, todavía durante el gobierno de Barack Obama, la relación transcurría sin mayores contratiempos, basada en acuerdos suscritos entre ambos países como el TLCAN (1994), el ASPAN (2005) en materia de seguridad regional, y la Iniciativa Mérida (desde 2008 a la fecha), que está cerrando su ciclo, pero cuyas secuelas persistirán en el área de la seguridad y contra el crimen organizado en México.

Sin embargo, con la llegada de Trump al poder en EU, comenzó el trastrocamiento tanto de la globalización —EU como cabeza, junto a Gran Bretaña que salió de la Unión Europea mediante el Brexit— por sus acciones proteccionistas, como de las relaciones de ese país con el resto del mundo. Los asuntos con China, Irán, Rusia, Ucrania, Siria y la Unión Europea, entre otros, están tomando novedosos rumbos o claramente distintos, como sucede especialmente con México.

Añadió que por la imposición del modelo neoliberal y el claro abandono de todo proyecto de desarrollo nacional, durante poco más de 30 años, nuestro país ha caído en una deprimente situación durante este largo periodo y ejemplificó:

Una economía con tasas de crecimiento del 2 por ciento en promedio, que arrastra la contracción y debilitamiento de los sectores productivos (industria, servicios, el campo), con secuelas de una elevada concentración de la riqueza y la generación de elevados índices de pobreza; con bajos salarios, poca generación de empleos, seguridad social deprimente, etcétera; Una política con actores de elevado desprestigio, por los altos índices de corrupción e impunidad mostrados, como es el caso de los exgobernadores de varios estados.

Asimismo, una inseguridad sin precedentes como cualquier país en guerra, por la amenaza de las bandas del crimen organizado, dada la serie de negocios ilícitos como las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas y de órganos, el secuestro, las desapariciones forzadas, los crímenes, muchos de los cuales tiene hilos conductores hacia la frontera norte, en los centros de poder económico financiero mundial.

A lo anterior hay que agregar que con Trump la relación de México con los EU se complica por al menos dos factores más de corte estructural para nuestro país. El retorno al proteccionismo deja huérfanas las políticas aplicadas por los gobiernos neoliberales del país, concluyó.