Por: Redacción

Ante la necesidad de las empresas e instituciones de todo tipo de resguardar datos, alumnos y científicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) crearon –en colaboración con el Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (Infotec)– Babel, un sistema distribuido de almacenamiento masivo de información.

El dispositivo fue desarrollado en la UAM en sus diferentes etapas –pruebas de concepto, prototipo, unitarias, integración y desempeño– para auxiliar a corporaciones y organismos medianos y grandes que resguardan volúmenes gigantescos de materiales, explicó el doctor Ricardo Marcelín Jiménez, profesor de la Unidad Iztapalapa.

De acuerdo con la empresa IBM, a diario son generados más de 2,500 millones de gigabytes de información en el mundo que incluyen registros bancarios, escolares o sanitarios, entre otros archivos sensibles que deben ser preservados, subrayó el docente del Departamento de Ingeniería Eléctrica y responsable del proyecto.

Esta situación hizo surgir a prestadores de servicios de almacenamiento “que en algún punto pueden resultar muy caros”, por lo que Babel ofrecería una alternativa excelente debido a que representa una mejor relación costo-beneficio, explicó en entrevista junto con sus alumnos en el Laboratorio de Análisis de Rendimiento de Teleservicios.

La plataforma –inspirada en el cuento de Jorge Luis Borges La biblioteca de Babel referente a un acervo que podría ser infinito– surgió de un convenio de colaboración entre la mencionada sede académica y el Infotec, dependiente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y propietario de los derechos patrimoniales del sistema.

El grupo de investigación del citado Laboratorio trabaja en temas vinculados con la ciencia y la tecnología de la información y, por lo tanto, “observamos que hay tendencias respecto de la administración de datos, en el sentido de que se ha convertido en un activo estratégico para las organizaciones”.

La magnitud de la documentación ha crecido, por lo que es necesario revisar los mecanismos de gestión, desde el acopio, la catalogación y la recuperación hasta el conocimiento contenido en lo que se recopila, por lo que Babel utiliza técnicas de codificación avanzada para optimizar la redundancia de las carpetas, es decir, requiere menos recursos para garantizar la integridad y la disponibilidad.

Otras ventajas son la capacidad de emitir alertas al presentarse una falla, lo que permite tomar acciones para atenuar el riesgo antes de una condición crítica; su compatibilidad con Linux, iOS y Windows, entre otros sistemas operativos, y su ejecución desde una computadora, tableta o teléfono móvil.

Sobre los beneficios citó como ejemplo el ramo de la salud, pues hace 30 años los hospitales y las clínicas guardaban radiografías, tomografías y ultrasonidos en placas sólidas que por razones legales tenían que conservarse durante cinco años, por lo que fueron construidos espacios grandes de acopio, a lo había que agregar el problema de recuperar los registros después de algún tiempo.

Ese sector decidió “dar un salto tecnológico” al adoptar la norma DICOM, a partir de la cual las imágenes serían resguardadas en formato digital y, aun cuando ya no son indispensables los galerones enormes, persiste la necesidad de instalar programas electrónicos de depósito en la escala de los terabytes, detalló.

El manejo de material en cantidades monumentales puede presentarse en cualquier tipo de entidad: el Archivo General de la Nación, el Poder Judicial, el Sistema de Administración Tributaria, el Instituto Nacional Electoral o el mismo Centro de Información y Documentación Histórica de la Casa abierta al tiempo.

Las empresas deben migrar hacia el formato digital ante los niveles y las tasas a las que la información crece, pues si bien ya existen herramientas para catalogar, clasificar, recuperar y generar reportes es preciso garantizar, tanto la protección como la recuperación de los contenidos en caso de que alguno de los dispositivos primarios donde se guardan llegara a fallar.

Babel brinda salvaguardas de tolerancia a fallas de alta disponibilidad y escalabilidad, lo cual significa que una instancia que demanda una capacidad de 20 terabytes, en unos años solicitará el doble o más, por lo que la propuesta del proyecto es que “las organizaciones medianas y grandes tengan la posibilidad de ser los propios gestores de sus recursos estratégicos”.

La contratación de un proveedor de depósito en la nube sería una salida adecuada en el plano personal, pero no en el corporativo por los costos tan altos que implicarían cantidades de información igualmente abundantes, advirtió el especialista en aplicación de algoritmos distribuidos.

El sistema –con patente del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial– ha sido colocado en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, mientras el grupo de científicos trabaja con el Instituto Nacional de Rehabilitación en el resguardo del archivo de imagenología –radiografías, mastografías y ultrasonidos– para el diagnóstico médico, una solución tecnológica que podría transferirse a otros hospitales públicos del país.

En la UAM está en construcción una celda de acopio de 20 terabytes para guardar recursos cibernéticos relacionados con la docencia y en el Infotec de Aguascalientes será ubicada otra de 750 terabytes para uso interno, sin que se descarte que proporcione servicios, ya que “al final es un proveedor que soporta muchas de las necesidades del Estado mexicano”.

En el equipo de investigación participan también los maestros Jorge Luis Ramírez Ortiz y Orlando Muñoz Texzocoleta, egresados de la maestría en Ciencias y Tecnologías de la información, y los licenciados Geraldine Ponce Calderón, Raúl Mejía Garnica, Javier Hernández Olvera y Eduardo Pérez Enríquez, egresados de la licenciatura en Computación de la Unidad Iztapalapa, quienes al final de la entrevista hicieron una demostración del funcionamiento de Babel.