Por: Redacción/

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), de la Cámara de Diputados, señala que la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a cervezas y bebidas alcohólicas no ha sido suficiente para cubrir los costos de salud pública que esos productos generan para las finanzas públicas, y tampoco ha reducido su consumo que hoy en día afecta a adolescentes y jóvenes.

Precisa que en los últimos ocho años el IEPS a cerveza y bebidas alcohólicas ha tenido un crecimiento medio anual real de 3.7 por ciento; durante 2017 recaudó 35 mil 8 mdp, cantidad que representa 23.1 por ciento del IEPS no petrolero, sólo por debajo del aplicable a tabacos labrados que aportó 26.0 por ciento para este mismo año.

Sin embargo, durante 2017 el costo en atención a la cirrosis fue del orden de los 63 mil 733.7 millones de pesos (mdp), monto superior en 1.8 veces a la recaudación del IEPS a cervezas y bebidas alcohólicas, obtenido en ese mismo año.

Sugiere considerar el costo total de la atención de este padecimiento, pues en México podría ascender a 233 mil 911 mdp al año, equivalente a 6.6 veces el ingreso obtenido por el IEPS a cervezas y bebidas alcohólicas.

En el estudio “IEPS a Cervezas y Bebidas Alcohólicas”, el CEFP destaca que para tener una amplia cobertura de los programas que buscan inhibir el consumo de alcohol y mejorar su eficacia en los grupos de riesgo, las medidas no deben estar enfocadas sólo en un incremento en los impuestos, ya que tendría efectos adversos en la competitividad de la industria y su crecimiento potencial.

Plantea atender las propuestas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que consisten en elaborar programas de detención sistemática y de intervención breve en la población de riesgo dentro de la atención primaria de salud, para reducir el consumo de estas bebidas en adolescentes y jóvenes.

También, establecer y hacer cumplir la edad mínima fijada por ley para la compra y consumo de bebidas alcohólicas, a través de sanciones más rigurosas y mecanismos de control más eficientes, así como considerar la posibilidad de destinar una tasa fija de los ingresos obtenidos en la recaudación de los impuestos relacionados con el alcohol a la prevención y el tratamiento del alcoholismo.

El CEFP puntualiza que en México, 49.1 por ciento de la población entre 15 y 65 años de edad ha tomado alcohol durante el último año, y los mayores declaran haber iniciado su consumo a los 17.9 años (los hombres comienzan a los 16.6, mientras que las mujeres lo hacen a los 19.2 años); de estos, 19.2 por ciento (equivalente a 6.8 millones de personas) manifestaron haber tenido un consumo de riesgo.

Los hombres tienen su mayor consumo de bebidas alcohólicas entre los 18 y 29 años con 11.8 Litros de Alcohol Puro (LAP), mientras que las mujeres tienen su mayor consumo per cápita entre los 15 y 17 años, y su consumo es de 5.3 LAP. Se “puede inferir que la población menor a 30 años, tiene la mayor probabilidad de padecer alguna de las más de 200 enfermedades y trastornos derivados del consumo de alcohol”, señala.

Esto significa un gran reto para las finanzas públicas, pues se debe contemplar la necesidad de asignar recursos para tres millones 892 mil 795 personas, que son atendidos por el sistema de salud abierta, y para tres millones 572 mil 441 más, que asisten a consulta del sistema de salud social (IMSS e ISSSTE), que tienen entre 15 y 65 años y que declararon tener un consumo excesivo de esta sustancia en el último año.

De acuerdo con datos de Alcohol Report 2014, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del total de casos de cirrosis hepática en el mundo, 50 por ciento están asociadas al alcoholismo, mientras que del total de quienes padecieron cáncer en boca y garganta, 30 por ciento se asoció al consumo de bebidas alcohólicas.

Según la OMS, cada año se producen 3.3 millones de muertes a consecuencia del consumo de alcohol, lo que representa 5.9 por ciento de las defunciones totales en el mundo, además de ser la causa de más de 22 por ciento de la violencia interpersonal.

En tanto, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT) revela que en México el consumo de esta sustancia ha provocado el 2.3 por ciento de accidentes viales totales en hombres y 0.5 por ciento en mujeres en 2016, apunta.

Menciona que a partir de 2010 México lidera la exportación de cerveza a nivel mundial, con 11.3 millones de litros y un crecimiento medio anual del valor de la producción de 5.6 por ciento, además de aportar alrededor de 21 mil 285 empleos directos, lo que la hace una de las industrias de importancia en el sector productivo de alimentos y bebidas, y con mayor potencial de crecimiento en el mediano plazo.

La producción de cerveza y bebidas alcohólicas, entre 2000 y 2017, tuvo un crecimiento medio anual de 3.5 por ciento; destaca este último año, cuando alcanzó 11.3 millones de toneladas, con un valor de 549 mil 409 mdp que representó 4.8 por ciento del valor total de la industria manufacturera, así como 1.5 por ciento del PIB del subsector de bebidas.

Tan solo en 2016, del total de las exportaciones mundiales de cerveza, 21.3 por ciento provino de México (3 mil 223 millones de litros), las cuales en su mayoría tuvieron como destino Estados Unidos, Australia y Reino Unido, en proporciones de 79.9, 3.0 y 2.7 por ciento, respectivamente.

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas precisa que a pesar de que el IEPS a cervezas ha tenido un crecimiento medio anual real de 9.3 por ciento, este impuesto ha perdido importancia entre los aplicables a diferentes bienes y servicios, clasificados como “No Petroleros”, debido a la incorporación de los nuevos impuestos como el IEPS en alimentos con alta densidad calórica y los cambios en el de tabaco, que han tenido crecimientos por encima del promedio de este gravamen, dado la implementación de reformas enfocadas a estos sectores.

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